El precio, la perspectiva y el impacto negativo, son los tres aspectos más importantes que deben valorar las compañías innovadoras sobre una idea de negocios

Hay muchos ejemplos de empresas que impulsadas por la famosa expresión de «renovarse o morir», se deciden a lanzar un producto o servicio novedoso que anticipan será un éxito, pero que finalmente se convierte en un fracaso.

«La gente a menudo no se da cuenta de que un producto puede parecer innovador y funcionar bien en las pruebas preliminares, pero que falla cuando sale al mercado», dice Mayur Ramgir, presidente y CEO de Zonopact Inc., una firma de desarrollo de software que se especializa en soluciones innovadoras para empresas.

Pero no hay que malinterpretar el comentario de este experto. Las empresas que alientan a los empleados a innovar tienen la idea correcta, dice Ramgir, pero no pueden asumir que una idea de negocios tendrá éxito sólo por cuestión de méritos. El proceso de desarrollo debe tomar en cuenta hasta la más mínima señal de desaprobación o duda de los consumidores.

El experto explica los tres errores principales que cometen las compañías:

1. No darle importancia al precio. Muchas empresas innovadoras descuidan hacer un análisis de costo-beneficio desde el punto de vista del cliente. Incluso si un producto tiene más beneficios que lo que está actualmente en el mercado, la gente no lo comprará si el precio es demasiado alto.

Por ejemplo, un termostato con Wi-Fi incorporado que se puede programar a control remoto y ahorrar energía, suena como algo fantástico. Pero si cuesta $300 y usted puede conseguir otro modelo programable con menos dispositivos agregados por menos de $50, la base de clientes podría ser muy limitada.

2. Ignorar la óptica. Una idea de negocios puede ser maravillosa y ofrecer muchos beneficios, aunque a los consumidores les pudiera seguir pareciendo mala, dice Ramgir. ¿Recuerda el Segway, el vehículo eléctrico de dos ruedas para conducir por las aceras de la ciudad? Era una idea muy ingeniosa, pero el Segway nunca despegó. Hubo varias razones, dice el especialista, pero una de ellas fue que en una época en la que había preocupación por la obesidad, muchas personas no querían ser vistas como perezosas montando un aparato que eliminaba la necesidad de caminar.

3. Descartar las normas sociales. Un producto fallará si hace que la gente se sienta incómoda. Un buen ejemplo es Google Glass, unos lentes de realidad aumentada que se promocionaron fuertemente en el 2012, para luego caerse estrepitosamente. Resulta que la posibilidad de que alguien pudiera tomar fotos o videos de otra persona durante un momento íntimo o privado, fue aterradora. El producto fue prohibido de los lugares que no querían que se hicieran ninguna toma o grabación de este tipo, incluyendo salas de cine, clubes privados y casinos.

Ramgir insta a los innovadores a pensar en sus ideas como «una pieza de rompecabezas con la forma correcta que embone en la vida de las personas».

«Si su idea es demasiado costosa, hace que el usuario se sienta incómodo o hace que otros se sientan incómodos, tal vez nunca tenga éxito», concluyó Ramgir. 

Con información de News and Experts

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