Imagen de persona ahorrando

Si es cierto que todos somos víctimas innegables del descalabro financiero por el que atraviesa este país, también es cierto que si no tomamos las medidas necesarias ahora mismo, podremos tener mucho más que lamentar.

Y a la hora de gastar, es hora de que olvidemos los plásticos multiplicadores de intereses, mejor conocidos como tarjetas de crédito y nos limitemos a gastar lo que tenemos, basados en un presupuesto con prioridades claras que no exceda nuestras capacidades. 

Es hora de ahorrar, no de gastar

  1. No gaste lo que no tiene. No es tiempo de extender sus deudas ni de adquirir tarjetas de crédito ni de comprar a plazos, asumiendo cuotas eternas con intereses que seguramente irán en aumento.
  2. Si tiene trabajo ¡cuídelo! El rescate económico que aprobó el congreso estadounidense, puede –y esperamos que así sea– ser un paliativo para el delicado estado de la económica actual, pero como dice el viejo refrán, más vale prevenir que lamentar.
  3. Fije prioridades. Recuerde, es indispensable programar los gastos basándose en las prioridades suyas y de su familia. Renta, alimentación, transporte, salud y educación deben estar en primera línea. No olvide que muchas veces hay cosas que queremos pero que no necesitamos, oblíguese a preguntarse si realmente lo necesita cada vez que quiera comprar algo.
  4. Ahorre. No es momento para gastos desmedidos, es tiempo de hacer un esfuerzo – si le es posible – y resguardar parte del dinero que recibe como ingreso, con el fin de tener un fondo de recursos que le sirva para apoyarse en caso de ser necesario. Nunca se sabe cuándo se presentará una situación que requiera exceder nuestro presupuesto, por eso el ahorro con o sin crisis financiera es siempre un comportamiento muy sano en lo que a finanzas personales se refiere, el remedio ideal para no infartarse cuando no pueda resolver un imprevisto.
  5. También puede ahorrar cuando esté al volante. Siempre hay formas de evitar gastos innecesarios y ahorrar -aunque sea un poco- a la hora de conducir, por ejemplo, recuerde que la alta velocidad, arrancar y acelerar bruscamente, o frenar repentinamente, son acciones que exigen una mayor cantidad de combustible, el combustible cuesta dinero; si manejamos con prudencia estaremos  ahorrando dinero.
  6. Aproveche el “carpool”. Compartir su ruta y los gastos en gasolina con algunos de sus vecinos, parientes o amigos, es una buena idea. Trate de organizar sus horarios y la cantidad de salidas inteligentemente, en lugar de hacer varios recorridos partiendo de su casa cada vez. De esta forma, estará ahorrando tiempo, gasolina y ¡dinero!

Un poco de cordura y de sentido de la prevención pueden ayudarnos a evitar que la crisis nos perjudique exageradamente, y controlando nuestros gastos y haciendo un esfuerzo por ahorrar un poco, podemos evitarnos más de un dolor de cabeza. EC

Información cortesía de La Columna Vertebral de La Red Hispana

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