El gobernador del estado, Jerry Brown, ha alcanzado un acuerdo con los republicanos para pasar unas cuentas que incluirían 4.000 millones de dólares de nuevas fuentes
Tras meses de contínuos tiras y aflojas, California tendrá un presupuesto en que basar su destino financiero para el año que viene. No ha sido fácil, teniendo en cuenta la galopante crisis económica en la que todavía está instalado el estado dorado y la disonancia de planteamientos entre demócratas y republicanos en Sacramento. Hoy, finalmente, el gobernador del estado, Jerry Brown, anunció un acuerdo que contempla futuros ingresos extraordinarios, y no los actuales, para subsanar la falta de liquidez de sus arcas.
Según el acuerdo que en principio quedará aprobado el próximo martes de forma oficial, el presupuesto incluye 4.000 millones de dólares que provendrán de ingresos extraordinarios como la energía eólica, después de dos meses de ingresos inesperados.
Pero si esos ingresos extraordinarios no llegan, habrá recortes drásticos en educación y en otros servicios sociales. Brown ya ha anunciado que las medidas incluirían reducciones en el calendario escolar de hasta siete días para el año que viene.
Es un aparente castillo en el aire que algunos republicanos han criticado con dureza. Sin embargo, de momento se han recaudado más de 1.200 millones de dólares en el mes de mayo y junio, lo que hace presuponer que se cumplirán con esas previsiones.
Además, el presupuesto no incluye aumentos en los impuestos como se había barajado en semanas anteriores, algo a lo que los conservadores se oponían con vehemencia. Para paliar el déficit, se ampliarán determinados gravámenes como el del registro de vehículos, que sube 12 dólares al año, o el de residentes en zonas de alto riesgo de incendio.
Brown también espera que nuevas fórmulas como hacerse con los impuestos de las transacciones de Amazon en California, ayuden a cuadrar las cuentas.
Pero el ingreso imprevisto parece ser la clave para que algunos funcionarios que han visto sus salarios reducidos, vuelvan a cobrar toda la suma completa, una vez que se firme el acuerdo el martes que viene, poniendo fin a meses de incertidumbre.
