¿Necesita un preparador?

Es la eterna pregunta cada año, en un momento de especial complejidad de las leyes fiscales

El código fiscal de Estados Unidos es cada vez más complicado y actualmente tiene miles de páginas—tantas que ni siquiera los expertos del gobierno saben exactamente cuántas son. Por eso, no es de sorprender que millones de estadounidenses contraten los servicios de un preparador de declaraciones fiscales para presentar la suya.

Delegar la costosa tarea de calcular sus impuestos a un profesional puede ahorrarle dinero y darle tranquilidad –después de todo, el profesional conoce la ley fiscal más que usted, ¿no es cierto? Pero, recuerde: Usted sigue siendo legalmente responsable por toda la información incluida en la declaración. Por lo tanto, si el preparador comete un error o fraude intencionalmente contra el gobierno, usted deberá pagar los impuestos adicionales, intereses y penalidades, e incluso puede ser procesado.

El IRS destaca que, si bien la mayoría de los preparadores de declaraciones fiscales son profesionales honestos que brindan un buen servicio a sus clientes, para elegir a un preparador los contribuyentes deben usar los mismos criterios que utilizan para elegir a un médico o a un abogado y cuidarse de no caer en manos de incompetentes o delincuentes.

Hay varios tipos básicos de preparadores de declaraciones fiscales: los contadores públicos matriculados, los agentes inscriptos designados por el IRS, los abogados especialistas en impuestos, los agentes comerciales (como H&R Block) y los preparadores autónomos.

Los tres primeros tipos deben cumplir con los requisitos propios de formación profesional y matriculación y cumplir con las normas éticas; además, son los únicos profesionales autorizados a representarlo ante el IRS en todas las cuestiones impositivas, incluyendo las auditorías, los cobros y las apelaciones. Otros pueden representarlo solo en las audiencias de las declaraciones que ellos hayan preparado. Averigüe siempre si pertenecen a una organización profesional con requisitos de formación profesional continua.

Estos son algunos consejos para elegir al preparador fiscal correcto:

—Solicite una primera consulta gratuita en la que pueda mostrarle su declaración fiscal anterior y ver cómo cambió su situación.

—Pregunte cómo cobran sus honorarios –algunos cobran por cantidad de formularios (planillas) presentados, otros por hora. Podría costarle desde $100 hasta varios miles de dólares, dependiendo de la complejidad de su situación, dónde vive, las acreditaciones de su agente, etc.

—Una buena forma de tener una idea de los honorarios es preguntarle cuánto le habría cobrado por su declaración fiscal del año pasado.

—Tenga cuidado con los preparadores fiscales que dicen poder obtener devoluciones fiscales mayores a las que le podrían hacer obtener otros preparadores. Nadie puede calcular su devolución sin primero revisar su información financiera.

—Evite a los preparadores que basan sus honorarios en un porcentaje de su devolución.

—Tenga en cuenta si la persona o la firma estará disponible para responder preguntas sobre la devolución meses o años después de la presentación fiscal.

—Verifique sus acreditaciones y averigüe si tiene alguna denuncia presentada ante la Oficina de Buenas Prácticas Comerciales.

—Los buenos preparadores le pedirán ver los recibos y le harán varias preguntas para saber si los gastos son o no deducibles.

—Pregunte si la preparación de su declaración fiscal será tercerizada, lo que implica que su información personal podría ser transmitida electrónicamente a otra firma, posiblemente fuera de los EE.UU.

—Pregunte sobre su experiencia con las auditorías del IRS y cuáles serían sus honorarios por representarlo en una auditoría.

—Pregunte por su política de reembolso de multas, penalidades e intereses en caso de que usted adeudara impuestos por alguna declaración que ellos hayan preparado –muchos tienen seguro para tal fin.

Y, por último, no embarre las cosas vinculando los honorarios de su declaración fiscal a la compra de algún otro producto que el preparador le intente vender, como un préstamo o cheque como devolución anticipada, una cuenta de ahorros jubilatorios o algún seguro.

 

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