Un estudio vincula el buen rendimiento de los trabajadores con una atmósfera proclive a la diversión
Dejen que los empleados se diviertan. Esa debería ser la consigna para un mayor rendimiento, una conclusion que no solo parece lógica sino que está refrendada por un estudio reciente. El informe lo publica el Journal of Vocational Behavior y asegura que existe una conexión entre el aprendizaje informal, que es una forma de retener conceptos mientras se trabaja, el divertirse.
“La mayoría del aprendizaje en el lugar de trabajo ocurre de forma independiente en cada escritorio, o con gente alrededor, y no necesariamente en una clase de colegio”, aseguró en un comunicado Michael Tews, uno de los autores del estudio y profesor asociado de la Universidad de Penn State.
Para Tews, no se trata jugar en la oficina o perder el tiempo contando chistes con compañeros, sino de disfrutar de una atmósfera agradable de trabajo, de sentirse respaldado por sus jefes y de recibir formación, con libertad para ser creativo y productivo al mismo tiempo.
Un buen ejemplo de eso es la llamada “Fish Philosophy” que popularizó una pescadería del Pike Place Fish Market en Seattle. Tras estar cerca de caer en bancarrota, al dueño del lugar se le ocurrió la idea de lanzarse el pescado por el aire cada vez que un cliente hacía una compra. Con el tiempo, se han convertido en lugar de peregrinage de los turistas.
Tews asegura que los empleados que disfrutan de la atmósfera de trabajo están más dispuestos a disfrutar con las cosas y no estresarse con los errores que cometen. “Es más fácil hacer la conexión entre diversión y retención, o diversión y rendimiento”, indicó.
La idea es pasárselo bien en todo momento, aunque esté trabajando para pagar el alquiler y las facturas.
