Con una media de cuatro supermercados a la semana, la cadena británica parece no tener límite en su expansión por todo tipo de barrios del sur de California.

Cualquiera hubiera dicho que regalaban algo, pero nada más lejos de la realidad. Allí, en una mañana fría y lluviosa en el Sur de Los Angeles, montaron guardia un grupo enorme de residentes, ansiosos a la espera de que un nuevo supermercado abriera sus puertas.

Pero no resultó una imagen grotesca ni de necesidad sino más bien todo lo contrario, un ejercicio de progreso comunitario que los vecinos pudieron compartir con las autoridades locales y los dueños del supermercado en cuestión, que no es otro que Fresh & Easy, la cadena de comida fresca con locales en California, Arizona y Nevada cuya expansión parece imparable.

En plena recesión, están abriendo una media de cuatro supermercados a la semana, todo un récord, y no cualquier supermercado, sino uno innovador y centrado en ahorrar para presentar los precios más bajos posibles para la clase de producto de calidad que ofrecen.

El último cortó la cinta en la esquina de la Avenida Central y la Adams, en una zona de bajos recursos con alta concentración de hispanos y afroamericanos y con uno de los índices más bajos de desempleo de la ciudad.

Y aunque con la apertura de Fresh & Easy solo se crearon 20 empleos directos, son muchos para la concejal del área, la demócrata Jan Perry, que calificó la apertura de “día histórico” para el barrio, en una inauguración que “traerá esperanza para la gente”.

Esperanza por la clase de supermercado, inclinado hacia la comida orgánica y fresca, con una presentación más propia de barrios pudientes que del Sur de Los Angeles, aunque para el presidente de la cadena, Tim J.R. Mason, no hay barrio donde no se puedan expandir, donde el concepto de buena comida a bajo precio y bien presentada no funcione.

“De hecho, uno de los que mejor están funcionando es el de Compton”, expica Mason, quien está “genuinamente convencido de que todo el mundo se merece una experiencia como la de Fresh & Easy.

Su política, de momento, ha funcionado, con 145 locales entre los tres estados, y con planes de expansión expeditivos para el norte del estado, donde planean abrir 12 tiendas nuevas en la zona de Fresno.

Todo ello basado en la política de hacer una especie de inmersión en el barrio, formando parte de la comunidad aunque sin necesariamente cambiar el menú de lo que ofrecen. Sí hay determinados productos para hispanos, “pero lo que que aquí se vende es casi igual a lo que se encuentra en Pasadena”, explica.

Además, no hay cajeros sino que el proceso de escanear y pagar lo hacen todo los clientes, algo que no entusiasmó demasiado a algunos de los que salieron del local después de comprar. “Es lo único que no me ha gustado”, dijo una señora acompañada de una amiga”.

Por lo demás, todo fueron sonrisas y alegría con el nuevo y más bonito supermercado del Sur de Los Angeles.

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