GM Cruise, una subsidiaria con sede en San Francisco, pretende lanzar un servicio masivo de Chevy Bolt sin conductor en “algún momento de 2019”

El sueño de un ecosistema plagado de coches autónomos ha recibido una nueva inyección de capital, 1.150 millones de dólares en total para GM Cruise, una subsidiaria de General Motors. La intención de la antigua startup con sede en San Francisco es tener listo un servicio comercial para este mismo año.

Detrás de la inversión están firmas como Softbank, el grupo financiero japonés con intereses en multitud de compañías en Silicon Valley, T. Rowe Price Associates y Honda, que pasará a controlar el 5,7% de la empresa tras un segundo desembolso de capital. El primero, el pasado mes de octubre, supuso una inversión superior a los 2.750 millones de dólares.

“Desarollar y desplegar vehículos autónomos a gran escala es el reto de ingeniería de nuestra generación”, indicó Dan Ammann, el CEO de la corporación, en un comunicado de prensa anunciado la noticia. Con esta nueva apuesta millonaria, creen poder lograrlo antes de que acabe el año.

Su ambición es poner a disposición del público una versión sin conductor del Chevy Bolt, el modelo eléctrico de GM. De hecho, ya han solicitado al gobierno federal que los coches se puedan fabricar sin volante y sin pedales, lo que lo convertiría el primero en su clase.

De lograr tan ambicioso objetivo, se adelantaría a Uber, Tesla o Waymo, empresas que han invertido fortunas para posicionarse en la carrera de los coches autónomos. De momento, no ha recibido la luz verde por parte de Washington.

General Motors adquirió la startup en 2016 por mil millones de dólares. El valor actual de la apuesta supera los 19.000 millones de dólares, más de un tercio del valor en Bolsa de la corporación matriz. En solo cinco años, Cruise ha pasado de ser una pequeña empresa de 40 empleados a los más de 1.000 con los que cuenta en la actualidad. Su ambición no ha hecho más que empezar. Sus planes pasan por contratar entre 100 y 200 ingenieros más antes de que acabe el año.

GM Cruise comenzó con la idea de ofrecer una función de piloto automático al Audi A4, con el objetivo de poderlo vender a gran escala a otros modelos. Sin embargo, unos meses después abandonaron la idea para centrarse en crear su propio vehículo autónomo usando un Nissan Leaf.

En ese momento apareció en escena GM con una inversión de capital a la que se han sumado Softbank y Honda con fuerza durante el año pasado. De momento, el experimento cuenta con 180 vehículos y se han hecho pruebas en Arizona y varias ciudades de California. GM asegura que se trata del primer vehículo producido en planta y concebido desde la raíz para ser autónomo, con la tecnología necesaria para prescindir del conductor.

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