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Los últimos datos de la economía estadounidense confirman que la recesión se ha terminado, al menos de forma oficial, aunque el crecimiento del Producto Interior Bruto no está siendo tan fuerte como se esperaba.

La economía estadounidense creció un 2,2 por ciento en el tercer trimestre, el ritmo más rápido de los dos últimos años pero por debajo de las previsiones del consenso de analistas que esperaban un repunte del 2,8 por ciento.

El dato definitivo del Producto Interior Bruto (PIB) del tercer trimestre publicado esta semana por el Departamento de Comercio es también inferior a la estimación inicial del 3,5 por ciento de octubre.

El Gobierno revisó posteriormente esa cifra hasta el 2,8 por ciento.

Antes del repunte experimentado entre julio y septiembre, la economía estadounidense se había contraído durante cuatro trimestres consecutivos, la primera vez que se producía una situación de ese tipo desde la Gran Depresión de los años 30.

En el primer trimestre de este año el PIB se contrajo a una tasa interanual del 6,4 por ciento y siguió otra bajada del 0,7 por ciento en el segundo trimestre.

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