Corren buenos tiempos para la economía estadounidense. Hasta ahora la recuperación había sido anémica tras la crisis de 2007, con tasas de crecimiento en torno al 1 por ciento trimestral. Sin embargo, los altos niveles de confianza del consumidor, sumados al bajo nivel de desempleo y a la euforia bursátil reinante han ayudado a cambiar el panorama.
El resultado es un crecimiento del 2,5 por ciento en el cuarto trimestre de 2017, una décima por debajo del 2,6 por ciento calculado previamente, con lo que el crecimiento en todo el año fue del 2,3 por ciento, según datos del Gobierno.
El dato divulgado por el Departamento de Comercio en su segundo cálculo del cuarto trimestre de 2017 coincidió con las estimaciones de los analistas, que también habían anticipado un 2,5 por ciento de expansión entre octubre y diciembre, menor al 3,2 por ciento registrado en el tercer trimestre.
En comparación con el mismo período de un año antes, este indicador macroeconómico mejoró sustancialmente, ya que en el último trimestre de 2016 el PIB había crecido un 1,8 %.
El informe destacó el gran aumento en el gasto de los consumidores, que supone más de dos tercios de la actividad económica estadounidense, y subió un 2,58 por ciento, y el buen momento de la inversión del sector empresarial.
Es un panorama que invita a invertir para los futuros nuevos empresarios. Puede ser el momento propicio para pedir crédito y poner en marcha esa empresa con la que millones de hispanos en Los Angeles han soñado siempre. De acuerdo a los expertos, existe disposición por parte de los bancos a prestar dinero y los tipos de interés siguen estando en niveles históricamente bajos.
