El amor no tiene precio, pero cuando se trata de complacer a la pareja en el Día de San Valentín, es hora de exprimir el bolsillo para ponerse guapo con las rosas, la cena y otras cositas.
¿Pero se ha puesto a pensar en realidad cuánto se gasta alrededor del mundo en esta celebración? Bloomy Days, una florería en línea ubicada en Alemania, se dio a la tarea de analizar y comparar costos en algunas ciudades de alrededor del mundo, 50 para ser exactos, y la ciudad de Los Ángeles, California, quedó en último lugar. ¿La razón? Pues resulta que por una docena de rosas rojas, un día en un spa, una cena en un restaurante con al menos una estrella Michelin, una noche en un hotel de lujo y dos boletos para el cine cuesta en Los Ángeles un total de $1,316.26, más del doble de lo que cuesta en Praga, la capital de la República Checa, que quedó como la ciudad donde se gasta menos, con $458.28. La encuesta tomó en consideración el precio promedio de cada cosa en ciudades como Cork, Irlanda; Madrid, España; Sydney, Australia; New York, Estados Unidos y Venecia, Italia.
Comparando cifras
Llama la atención la enorme diferencia que hay entre la ciudad colocada como número uno y la cincuenta. Para darse una idea de lo que estamos hablando, aquí va la comparación entre Praga y Los Ángeles: Una docena de rosas en Praga cuesta $25.99, mientras que en Los Ángeles el precio es de $50.83; por un día en un spa los precios son de $76.58 contra $141.11; una cena con vino, $222.35, a diferencia de $548.97; boletos para el cine con bocadillos, $21.14 contra $40.32; una noche en un hotel de categoría, $112.22 comparado con $535,03. Es más, la encuesta deja en claro que con lo que se gastaría el Día del Amor en Los Ángeles, una pareja podría tener disfrutar de todas esas actividades en Praga y todavía le sobraría dinero para un viaje de ida y vuelta a esa ciudad europea.
Ya sabe, si vive en Los Ángeles o en los alrededores, vaya preparando la cartera para celebrar el Día del Amor, aunque no necesariamente tenga que gastar lo que dice la encuesta. Pero si le alcanza, ¿por qué no?
