Según un estudio, la mayor destrucción de empleo entre 2007 y 2009 se produjo en compañías con menos de 50 empleados

Hace dos temporadas, cuando lo peor de la recesión parecía haber quedado atrás, muchos pequeños empresarios pusieron la mirada en un futuro que parecía prometedor. Hoy, en verano de 2011 y cuando se suponía que Estados Unidos volvería a estar a pleno rendimiento económico, las cosas pintan negras de nuevo, con un nivel de desempleo anclado en el 9 por ciento y con los mercados bursátiles anunciando una nueva tormenta de consideración.

Y si llueve, como siempre, lo hará sobre los pequeños negocios como ya ocurrió en la anterior depresión económica de 2008. Según un estudio de la Reserva Federal de Nueva York, la mayor destrucción de empleo entre diciembre de 2007 —fecha oficial del comienzo de la crisis económica— y diciembre de 2009, se registró en compañías con 50 empleados o menos. En total, fueron responsables del 40 por ciento de la pérdidas de puestos de trabajo en la economía americana, en comparación con el 10 por ciento de la crisis anterior, en 2001.

Por eso el presidente Barack Obama comenzará esta semana un viaje por varios partes del país para tratar de incentivar la creación de empleo, justo en un momento de dificultades económicas y tras la firma de la ampliación del techo de la deuda para evitar el impago de las obligaciones gubernamentales.

Para los expertos, siguen siendo un buen momento para las empresas para reevaluar la estrategia de la empresa y aprovechar el talento que queda disponible en el mercado por precios significativamente más bajos que en antes de la crisis.

Ante una situación semejante, es importante que los pequeños empresarios comiencen a planear con antelación, asegurando que tienen suficientes reservas de capital para resistir un nuevo debilitamiento de la economía. También es necesario que se busquen formas alternativas de ingresos desarrollando la parte digital, una de las más pujantes en esta recuperación económica de los últimos dos años.

El presidente de la Reserva Federal (Fed) de EEUU, Ben Bernanke, confirmó hace unas semanas los temores de los mercados al afirmar que la recuperación económica se está deteriorando justo cuando los millones del Gobierno como parte del plan de estímulo se están terminando. Aún así es optimista a medio plazo y dijo que espera que el crecimiento económico «repunte algo» en la segunda mitad del año, cuando «se disipen los efectos del terremoto en Japón y se moderen los precios del combustible».

Bernanke reiteró que la recuperación de la economía de EEUU continúa «a un ritmo moderado», pese a ser «desesperadamente lento» desde el punto de vista del empleo, y consideró las presiones inflacionarias como «transitorias».

 

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