Entre los muchísimos factores que cualquier negocio debe tener en cuenta está el de las redes sociales, un elemento que antes podía resultar cosmético y que hoy en día sirve para calibrar la importancia y el valor de la empresa en cuestión. No solo supone la imagen de la marca de cara al público, en gran parte, sino que es una oportunidad inmensa de negocio y también una herramienta para pulsar los gustos y las opiniones de sus clientes.
Por eso es importante tener una estrategia clara para saber cómo usarlo de forma positiva y que no se vuelva un factor en su contra. De acuerdo a un estudio elaborado por Panda Security en 2010, un 38 por ciento de los negocios reportaron pérdida de productividad por parte de sus empleados, y un 17 por ciento sufrieron un daño a su reputación por el uso de las redes sociales.
La cara amable es conocida. Ya son miles los negocios en todo el mundo que se han beneficiado de un post en Facebook o un tuit en Twitter que les ha vuelto virales y les ha dado una enorme exposición en su mercado a través de otros mercados internacionales.
La sugerencia es que primero se consiga a una persona —o personas— de confianza que le puedan manejar las cuentas en las redes sociales que decida son más adecuadas para su negocio. Es importante que haya un orden, una voz, una persona encargada de escribir los comentarios en Facebook y de contestar a los usuarios que hagan comentarios, que pueda lograr ampliar el número de seguidores y que tenga una ortografía y un lenguaje adecuados para la era en la que vivimos.
Lo segundo es tener una estrategia clara sobre cómo comunicarse con los clientes, el tono a adoptar y la frecuencia de los comentarios, que es una cuestión muy debatida de una empresa a otra. Hay gente que prefiere no bombardear con posts en Facebook o Twitter y los hay que optan por mandar de forma constante para hacerse muy visibles. Decida pero, haga lo que haga, sea consistente con su plan y le dará resultado a medio y largo plazo.
