Fuerza mentalLas actitudes destructivas pueden hacer que su empresa no funcione todo lo bien que debiera. Aquí están las más dañinas

La mente, aunque muchos no lo crean, es un músculo que hay que trabajar como cualquier otro. Incluso más si cabe, porque de ahí emanan todas las decisiones y los estados de ánimo, tanto de la persona como del empresario, que es lo que ahora nos ocupa en esta historia. Tener la cabeza fría y una actitud positiva es la clave para que todo negocio funcione de manera óptima.

Y existen maneras para lograr ser una persona fuerte mentalmente. Para empezar, se pueden leer artículos como este con consejos de expertos como Amy Morin, psicoterapeuta y autora del libro «13 Things Mentally Strong People Don’t Do», que detalla la clase de mentalidad destructiva que mucha gente adopta no solo de cara a sus negocios, sino en la vida en general.

Quizá por eso hay estudios que aseguran que solo el 28 por ciento de los inmigrantes hispanos en Estados Unidos son felices. Puede que evitando estas actitudes que describimos en estos cinco puntos, se corrijan un poco al alza estas estadísticas

Compadecerse de forma constante. La gente mentalmente fuerte no se pasa la vida lamentándose por las circunstancias adversas de la vida o por lo que otros les han hecho para sentirse mal. «En lugar de eso, es importante tomar responsabilidad por tu propia vida y entender que la vida no siempre es justa», explica Morin.

Evitar el cambio. Es fácil volverse loco haciendo siempre lo mismo, sin tratar de modificar comportamientos o alterar rutinas. La gente que tiene miedo al cambio acaba por caer en la mediocridad y en la monotonía. Los cambios de estrategia, tanto en los negocios como en la vida misma, pueden resultar vitales para mantenerse sanos y equilibrados. No tenga temor de hacer cambios aunque vayan en contra de lo que ha venido haciendo siempre o de lo que le digan los demás.

Tratar de complacer a todo el mundo. Esa puede ser la clave para no estar contento nunca con uno mismo. No hay forma de hacer feliz a todo el mundo o de complacer a todo su entorno. Cuanto antes lo asimile, mejor le irá en la vida y en los negocios. Trate de ser justo con sus clientes, sus empleados o sus proveedores, sin tratar siempre de contentar a todo el mundo.

Repetir los mismos errores. Este comportamiento tiene mucho que ver con el punto de evadir el cambio a todo costa. Aquellos que cometen los mismos errores y esperan que el resultado sea distinto, se equivocan. De las equivocaciones hay que aprender para poder prosperar.

La envidia es mala consejera. Tomarse a mal el éxito de los demás no es buena idea y puede resultar una tremenda pérdida de tiempo. Si a alguien de la competencia le va bien en su negocio, no gaste energía en criticarlo sino en aprender de su procedimiento para poder mejorar. Incluso se puede alegrar. Será señal de fortaleza mental.

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