La filial de Google se hará con 20,000 ‘crossover’ de la marca de capital indio
El sueño de un mundo de coches autónomos operados por robótica pasa ahora por Jaguar Land Rover. Waymo, la filial de Google, anunció el martes un acuerdo con la marca de capital indio para incorporar a su flota 20.000 unidades de sus modelos eléctricos I-Pace, sumando más vehículos aún a un proyecto que arrancó hace 9 años y que camina con paso firme hacia la revolución del sector del transporte.
Waymo podrá contar con ellos a partir de 2020, aunque los test de los crossover se producirán ya este año, una vez que se incorpore la tecnología necesaria para no requerir un conductor a bordo.
La empresa, con sede en Mountain View, echó a andar en 2009 con la misión de “crear el conductor más experimentado del mundo” y al servicio de todos, una ambición que el año pasado dio un paso de gigante al lograr el permiso del Departamento de Vehículos a Motor de California para circular por carreteras y vías públicas.
Además, en noviembre de 2017 anunciaron que habían empezado a probar los vehículos sin un ser humano al volante para reaccionar en caso de emergencia. En la actualidad, tienen en marcha el programa piloto con voluntarios en Phoenix y en otras ciudades de Arizona a los que están invitando a probar la experiencia.
Hasta ahora Waymo se había decantado por los Chyrsler Pacifica para su flota. En febrero anunciaron la compra de miles de esos modelos para añadir a los 600 ya existentes que han estado circulando por California y Arizona.
Ralph Speth, el CEO de Jaguar Land Rover, aseguró que la empresa californiana llamó a su puerta, interesados en su primer crossover eléctrico, y que las negociaciones duraron un año por cuestiones de seguridad.
Las alarmas saltaron el pasado 18 de marzo cuando un peatón perdió la vida en Arizona atropellado por un vehículo sin conductor operado por Uber, lo que llevó al gobernador de Arizona, el republicano Doug Ducey, a suspender las pruebas para esa compañía.
Waymo reaccionó diciendo que con su tecnología eso no hubiera sucedido y que llevan nueve años trabajando en un sistema que garantice la seguridad de los pasajeros. No obstante, no cabe duda de que ese aspecto sigue siendo el principal obstáculo para que el modelo se termine de implantar en las grandes ciudades de Estados Unidos.
De momento, los planes de la filial de Google pasan por poner en marcha el servicio de forma oficial en Arizona durante 2018 una vez que terminen las pruebas.