La idea de crear un negocio no termina cuando la persona por fin tiene un servicio o producto para vender. Para tener todo en regla primero hay que registrarlo legalmente, aunque para hacerlo haya que sortear una serie de requisitos y llenado de papeles.
Pero todo ese trajín tiene la finalidad de obtener un permiso y una licencia de negocio, para evitar problemas y trabajar tranquilamente. ¿Para qué tanto trámite? Básicamente, por estas tres razones:
1. Como forma de identificación
Esto es simple y llanamente para hacerlo responsable de sus actos por si algo sale mal con los productos o servicios que ofrece su negocio; por eso muchos propietarios de pequeños negocios que no usan su nombre propio para nombrar a su negocio, deben llenar un formulario para obtener un “nombre ficticio”. Este trámite lo deben realizar con la oficina del condado donde opere su negocio; de esta forma la gente podrá saber a quién reclamar o demandar si tiene un problema con su negocio.
2. Para proteger al público
Las agencias del gobierno emiten permisos y licencias para asegurarse de que su negocio no ofrece productos o servicios que pudiera dañar a la gente o al medio ambiente. Por ejemplo, si una persona inicia un negocio de venta de comida, las autoridades de salud de la ciudad en cuestión, verificarán si lo que cocine o el lugar donde cocina cumplen con las normas sanitarias; entonces le pedirán que obtenga un permiso o licencia que demuestre que su negocio ha sido aprobado para dicho servicio, antes de que comience a surtir el producto alimenticio.
3. Por razones de impuestos
Gran parte de tantos requisitos es para tener las finanzas del negocio bajo la lupa, y poder gravar el dinero que se mueva en torno al negocio. Las agencias locales, estatales y federales se encargan de usar varias formas de registro para todo tipo de negocio; de esta forma cobrarán cualquier cuota o impuesto posible.
Ya lo sabe, si tiene pensado crear un negocio incluya en sus planes registrarlo legalmente con la oficina de ciudad o del condado.
