Barritas con sabor a chocolate mexicano

Clara Paye es la CEO y fundadora de Unite Food, una empresa de barritas energéticas que combinan etnicidad, sabor y calidad

Como muchos otros consumidores, Clara Paye tenía serias dificultades para navegar entre el mar de barritas energéticas que ofrecen las principales cadenas de supermercados. “Todas me parecían iguales”, explica esta inmigrante y fundadora de Unite Food. Por eso se decidió a lanzar algo distinto al mercado, unas barritas nutritivas, saludables y con una conexión con la comunidad inmigrante, en especial con la hispana. Churro, chocolate caliente mexicano y PB & Jelly son los tres sabores con los que ha arrancado su aventura.

A Paye la confunden constantemente con una inmigrante hispana por su aspecto y por hablar español. Pero en realidad es sudanesa. Nació en Jartum, la capital del país africano donde confluyen el Nilo Blanco y el Nilo Azul, y a los cinco años emigró a Los Angeles con sus padres, los dos originarios de Sudán. Cuenta que de pequeña aprendió a hablar inglés a través de la comida, intercambiando platillos con una compañera coreana en el colegio. Por eso llevaba guardadas las ganas de iniciar un negocio en el campo de la alimentación tras años en la industria de la plomería. Y lo hizo.

Clara Paye es la fundadora de Unite Food..

La compañía nació en marzo, en medio de la pandemia, pero ha sabido abrirse camino. “Hemos tenido presencia en podcasts y nos fuimos conectando a través de redes sociales para ir expandiendo nuestro nombre. Estamos en plena fase de crecimiento”, dice.

De momento, su producto está disponible en Amazon, WalMart.com y Bristol Farms, mientras negocian con más cadenas de distribución y supermercados. “Lo más fácil y barato es encontrarlas en nuestra página web, UniteFood.com, donde tienen toda la información sobre nuestra compañía y su filosofía”.

Su intención, dice Paye, es abrir la mano a todos los inmigrantes para que se sientan identificados con un producto diferente. “Durante años consumí barritas en reuniones, viajes, en casa, pero me di cuenta de que no había ninguna que en realidad me gustara, y la razón es que todas tienen el mismo sabor. Están pensadas para el mercado americano general, sin la etnicidad que yo buscaba, algo para una inmigrante como yo”.

Su ambición es incluir en el club de la comida saludable a todo el mundo, incluyendo a inmigrantes de todo tipo, no solo hispanos, sino africanos, asiáticos, árabes o de cualquier otra procedencia. “La mitad de la población viene de otra parte que no sea Estados Unidos y no comen barritas energéticas. Hay un mercado enorme en el que cabe un producto diferente, divertido, saludable y con una conexión cultural con el consumidor”.

Barritas en sus distintas presentaciones.

Paye explica que trabajó durante un año antes de lanzarlo, pero la pandemia les hizo dar un paso hacia atrás, sin miedo a la competencia pese a la saturación de productos que hay en el mercado. “Era una preocupación pero encontramos nuestro sitio con el sabor”, explica. “Quería destacar con el sabor y con el envoltorio, que llamara la atención, y creo que lo hemos conseguido. Se trataba de darle un toque distinto”.

Su ambición en cinco años es distinguirse como una marca inclusiva que escucha a sus clientes en busca del siguiente sabor. “Yo soy la clásica consumidora a la que quiero complacer, y como yo hay millones. Quiero que la comunicación con mis clientes sea abierta, que nos digan lo que quieren. Están todos invitados a la conversación sobre una comida mejor y más saludable”.

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