En febrero del 2002 cerca de 180 ejecutivos de la empresa Kentucky Fried Chicken se reunieron en Hunter Valley, Australia para participar en un costosísimo curso de motivación.
A manera de ceremonia de graduación los asistentes debían caminar sobre carbón caliente para demostrar que estaban dispuestos a ir más allá de sus propios límites. Como corolario de esta manifestación de faquirismo colectivo, 30 ejecutivos terminaron en el hospital con serias quemaduras en los pies.
Para alcanzar metas fáciles como por ejemplo bajar un par de libras o levantarse temprano para hacer ejercicios, la motivación externa puede funcionar. Pero cuando se trata de alcanzar una meta extraordinaria cómo por ejemplo, bajar 40 libras, cambiar un hábito o escalar el Monte Everest, de nada nos servirá que apelemos a terceros.
La motivación externa es útil sólo cuando nos enfrentamos a tareas cotidianas y de baja complejidad. Pero cuando enfrentamos situaciones nuevas que exigen esfuerzo extremo, la motivación externa simplemente no funciona.
Afuera hay muchos charlatanes que tratan de convencernos que los necesitamos para alcanzar nuestras metas. Ellos dicen que debemos asistir a sus seminarios, gritar ‘sí se puede’ o caminar por carbón caliente. Pero nada de esto ayudará a lograr nuestros objetivos.
Cualquiera, por ejemplo, puede caminar sobre carbón caliente. El carbón tiene una débil capacidad calorífica, sólo puede almacenar una cantidad pequeña de calor. En promedio la temperatura que alcanza el carbón es de unos 500° C y no de más de 1,000° C como predican los falsos motivadores.
Además, el carbón es mal conductor del calor lo que significa que en un corto lapso de tiempo (lo que dura la caminata), éste no transmitirá suficiente energía calorífica al pie como para quemarlo. Después de una caminata sobre unos 5 metros de carbón caliente, la temperatura de los pies se habrá elevado sólo 4° C.
¿Y entonces qué pasó con los ejecutivos de KFC? Un simple error de logística. En lugar de utilizar un camino de carbón de 5 metros utilizaron uno de 10.
La buena noticia es que sí existe alguien que ciertamente es capaz de motivarte para que puedas alcanzar tus metas más difíciles. Sí esa persona está dispuesta a ayudarte, entonces lo lograrás. ¿No adivinas de quién hablo? Te diré que a esa persona la ves todas las mañanas frente al espejo. Anda y pídele una cita.
©Jorge Luis Boza Olivari es autor de la columna «Mirando los negocios al revés»
The California Business Innovation Group
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