Rudy Uribe es la cabeza de 1-Day Paint & Body Centers, un negocio que lleva más de 40 años liderando el mercado de la pintura para todo tipo de vehículos

Lo suyo era el márketing y las ventas en radio, pero bastó una época sin empleo para que Rudy Uribe decidiera probar en el negocio familiar de la pintura de coches, donde ya estaban su padre, su tío, su hermano y unos primos. Ahora, 25 años más tarde, sólo queda él al frente, en un ramo que conoce de arriba a abajo y bajo un sello, 1-Day Paint & Body Centers, con mucho nombre en el sur de California.

La suya es una corporación de 17 millones de dólares anuales, con 24 tiendas operando en varias ciudades de Los Angeles, y en plena fase de recuperación, a la espera de que mejore la situación económica de la región para volver a estar en 30 tiendas, donde estaban antes.

Dice Uribe que el de la pintura para autos es un negocio sencillo en la superficie pero con un millón de matices. No solo por los 15,000 colores diferentes y estilos que un cliente puede escoger para pintar su coche y dejarlo como nuevo, sino por el asunto de los accidentes, los seguros y todos esos aspectos que complican un poco más la situación.

“Por eso preferimos no encargarnos de accidentes muy graves para no meternos en líos. Si son accidentes de 1.500 dólares los hacemos sin problemas, pero más de eso preferimos enviarlos a centros especializados”.

En pintar cualquier clase de coche son expertos contrastados, con un equipo —en su mayoría hispanos— de trabajadores listos para pulir y pintar cualquier desperfecto o en convertir un carro antiguo en una belleza recién salida del horno. No hay más que echar un vistazo a algunos de los clásicos que tiene en su tienda de Torrance, California, donde tiene sus oficinas y una de las pocas tiendas que recibe coches antiguos.

“En algunos casos, cuesta más la pintura que el propio coche”, explica Uribe, “aunque a algunos dueños les merece la pena. En realidad es como volver a tener un coche nuevo”. Pintar uno viejo puede llegar a costar 5,000 dólares, pero en el caso de los modelos más recientes, la media son 608 dólares por cliente, lo que no está nada mal si alguno le da por buscar un color que nadie haya visto antes en un vehículo.

De hecho, en medio del garaje, tiene una furgoneta de reparto —similar a las que usa el servicio postal— pintada de un verde pistacho interesante, difícil de ver por la calle. “Hacemos cualquier color que un cliente o una empresa quiera. De hecho, hemos pintado flotas enteras de taxis o furgonetas para compañías. Ahora mismo estamos trabajando con la oficina postal para renovar sus vehículos”, explica Uribe.

También se ocupan de pequeñas partes, como una defensa delantera o trasera, habituales receptoras de golpes que afean todo el conjunto. Por unos 200 dólares, se pueden dejar como nuevo y con el color exacto, aunque según explica Uribe, se tarda bastante en conseguir el color exacto para que nadie note la diferencia. “A veces es más fácil pintar el coche entero de otro color”.

Es un negocio fascinante que arrancó Javier Uribe, su tío, allá por 1967, después de trabajar en la competencia, Earl Scheib, una poderosa fuerza del sector que hace poco anunció el cese de sus operaciones. Uribe se independizó después de conseguir un préstamo de 2,000 dólares y convencido de que podía dar un mejor servicio a sus clientes. Abrió una tienda en Gardena, le fue muy bien y después inauguró otras dos más.

“Fue la primera persona en ir a buscar a los concesionarios, con la idea de que pudiera pintarle coches que no pudieran vender. Fue un pionero en ese concepto y jamás volvió a mirar hacia atrás. Los 80 fueron un tiempo fantástico para la compañía, con hasta 30 tiendas abiertas incluso en Arizona”, explica orgulloso su sobrino.

Para el presidente de 1-Day, lo más importante en la compañía de 240 trabajadores es la gente. “Mi tío no tiene muy buena salud, pero lo que le mueve es la gente. No he visto nunca a nadie tan dedicado con sus empleados”, manifiesta.

En el futuro cercano, ve una compañía manteniendo las ventas “este año y el próximo”, después de un 2008 y un 2009 muy malos, “perdiendo dinero”, en el que se vieron obligados a reducir parte de las operaciones. “La crisis nos golpeó muy fuerte, pero aquí seguimos resistiendo”.

Y en el futuro más lejano, cree que el negocio cambiará de manos a empleados de confianza que llevan años en la empresa. Pero no todavía, porque a Uribe aún le queda cuerda para rato. Creo que estaremos aquí durante mucho tiempo”, concluye.

Dirección
1-Day Paint & Body Centers
21801 S. Western Avenue, Torrance, CA 90501
Teléfono: 310.328.0390

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