En ocasiones puede ser complicado llevar un negocio familiar, porque a veces los asuntos y desacuerdos personales pueden filtrarse al plano laboral. Pero también tiene sus ventajas.
«Tener una relación de padre e hijo en el negocio es muy potente cuando se trabaja con los clientes», dice Alex Sutherland, un asesor de LifePlan Group (www.lifeplangroup.com), una compañía registrada de asesoramiento de inversión independiente.
Los Sutherland dicen que han encontrado cuatro maneras para abordar las cuestiones espinosas que surgen cuando la familia y los negocios se mezclan:
1. Separe lo personal de lo profesional. En cualquier negocio, los retos y desacuerdos van a aparecer. «Es importante que cada persona entienda que estos son los sentimientos de negocios, no los personales», dice Alex. «Por ejemplo, cuando cometo un error en la oficina y me capacitan para mejorar, sé que mi padre está discutiendo lo que soy como empleado, no como hijo».
2. Mantengan la comunicación abierta. En cualquier empresa la comunicación es fundamental. Sumar la dinámica familiar hace hincapié en la necesidad de fortalecer la comunicación aún más. «Ken y yo estamos constantemente hablando de cada uno de nuestros objetivos y aspiraciones, así que estamos en la misma página y no hay sorpresas ni motivaciones desconocidas», dice Alex.
3. Hablen honestamente acerca de las frustraciones. «No todo va a ir bien todo el tiempo, también habrá frustraciones», dice Ken. «Hay que hablar al respecto. Pero asegúrense de que lo hacen a puerta cerrada y no delante de los demás miembros de su personal».
4. Celebren los éxitos juntos. Los Sutherland dicen que es fácil quedarse atrapado en lo que cada persona en la relación no está haciendo bien o en lo que podría hacerlo mejor. Dicen que es importante mantener la concentración en el objetivo principal del negocio y en celebrar los logros. «Recuerde que es un privilegio trabajar y construir un negocio con un miembro de la familia», dice Alex. «Enfóquenlo de esa manera».
Con información de News and Experts
