La gran mayoría de las pequeñas empresas están experimentando la recesión con un alza de precios que están afectando a su cuenta de resultados
Por John Simmons, Director de Banca de Empresas Medianas e Industrias Especializadas, JPMorgan Chase Commercial Banking & Ben Walter, CEO, Chase Business Banking
Independientemente de su tamaño, ubicación o sector, las empresas de todo el país se han visto afectadas por la inflación en el último año, lo que ha obligado a los directivos a utilizar diversas estrategias creativas para combatir el aumento de los costes. Aunque estas presiones inflacionistas muestran algunos signos de relajación, el sentimiento de los líderes empresariales en torno a las expectativas de recesión plantea importantes cuestiones a las empresas sobre si están preparadas para el próximo gran reto económico.
En la encuesta JPMorgan Chase 2023 Business Leaders Outlook, descubrimos hasta qué punto el impacto de la inflación ha sido generalizado para los empresarios de todo el país y cómo ésta y otras presiones han contribuido a unas perspectivas empresariales desafiantes. Como era de esperar, la gran mayoría de las pequeñas (94%) y medianas (91%) empresas están experimentando el inicio de la recesión con presiones de precios que están afectando a su cuenta de resultados, mientras que la mayoría de los pequeños (61%) y medianos (65%) líderes empresariales anticipan una recesión en algún momento en 2023.
Buenas noticias
La buena noticia es que, a pesar de estas expectativas, la mayoría de los líderes de medianas (66%) y pequeñas empresas (72%) siguen siendo optimistas sobre el rendimiento de su propia empresa, y se centran en el crecimiento, los planes de contratación y otros elementos bajo su control. Nos anima el optimismo y la resistencia de los empresarios tras unos años difíciles, y sabemos que, una y otra vez, su temple ha permitido a la economía superar las épocas de vacas flacas para impulsar nuestra economía y nuestras comunidades, llegue la recesión o no.
Cuando hablamos con los líderes empresariales sobre los retos que se avecinan, hay tres enfoques principales que deberían considerar este año en sus preparativos para el próximo ciclo económico:
1. Considerar estrategias no tradicionales para combatir la inflación
Las pequeñas y medianas empresas han tenido que encontrar formas de afrontar los retos que plantea la inflación. A las respuestas tradicionales, como subir los precios de los productos y servicios, se han sumado algunas estrategias no tradicionales. Por ejemplo, casi la mitad de las medianas empresas han modificado sus hábitos de compra, incluida la acumulación estratégica de existencias, y más de un tercio han recurrido a la automatización.
Entre las pequeñas empresas, más de la mitad ha afirmado que la comunicación honesta y transparente con los clientes es una de las principales tácticas para hacer frente a la inflación. Dado que los consumidores siguen mostrándose dispuestos a comprar en su localidad, la honestidad y la transparencia pueden ayudar a encontrar el tono adecuado para equilibrar los aumentos de precios con la fidelidad de los clientes.
2. Invertir en los empleados actuales y futuros antes de la recesión
La escasez de empleo en EEUU supone un reto para las pequeñas y medianas empresas; sin embargo, los datos económicos muestran que lo peor puede haber pasado. Más de la mitad de los directivos de pequeñas empresas (55%) prevé contratar personal a tiempo completo y parcial, y el 50% de los directivos de medianas empresas espera aumentar su plantilla en los próximos 12 meses.
La retención y el desarrollo de los empleados -siempre prioridades importantes para los empresarios- están cobrando aún más importancia en el entorno económico actual. De hecho, más de la mitad (55%) de los líderes de pequeñas empresas citaron la retención de los mejores empleados como un factor crítico para la supervivencia del negocio, especialmente porque operan con menos holgura desde el principio.
Asimismo, casi la mitad (43%) de las medianas empresas tiene previsto invertir en el desarrollo del talento ofreciendo oportunidades de perfeccionamiento y formación que aumenten la productividad, mejoren la calidad del trabajo y potencien la capacidad de resolución de problemas. Estos programas son de enorme importancia para las pequeñas y medianas empresas que buscan mejorar la retención, limitar la rotación, elevar la moral y atraer nuevos talentos.
3. Optimizar el capital circulante
El capital circulante es un indicador clave de la salud financiera de las pequeñas y medianas empresas, y mantenerlo en tiempos de volatilidad económica es importante para las perspectivas a largo plazo. A pesar de un año difícil, la mayoría de las pequeñas (69%) y medianas (63%) empresas esperan un aumento de los ingresos y las ventas en el próximo año, por lo que es importante que tengan un plan de capital correspondiente.
Los líderes empresariales están optimizando el capital circulante para financiar el inventario y las cuentas por cobrar mediante la financiación de la cadena de suministro, que les ayuda a ampliar las condiciones de pago con los proveedores, incluida la opción de cobrar antes en su ciclo de capital circulante, y el descuento dinámico, que permite a los propietarios recibir precios con descuento a cambio de pagar antes a los proveedores. También están invirtiendo fuertemente en la gestión de inventarios, reelaborando la deuda actual y asegurando la financiación del capital circulante para mantener e incluso hacer crecer sus balances.