Care Free vacation

Victoria Bell, gerente de una agencia de viajes en Chula Vista, cree que su concepto está teniendo mucho éxito

En un mercado tan tradicional y explotado en otros países como las fiestas de quinceañera y todo su entorno, parece difícil inventarse algo nuevo. Eso es precisamente lo que ha conseguido Victoria Bell, una española afincada en Chula Vista y con un ojo para las aventuras empresariales. Bajo la bandera de la empresa que representa, San Diego Travel Group, esta emprendedora española es la capitana de los cruceros para jovencitas, una iniciativa que está empezando a levantar el vuelo.

El primer año que le pusieron en marcha hicieron dos viajes acompañando a las homenajeadas y en el segundo subieron a tres. “Este año el objetivo es llegar a 7 viajes por el Caribe mexicano y Alaska”, las dos opciones que manejan.

Todo ello desde su oficina en Chula Vista, a siete millas de la frontera con Tijuana y en un lugar donde la quinceañera goza de muy buena salud.

“La idea se me ocurrió a través de una clienta que me preguntó si tenía cruceros para quinceañeras”, confiesa Bell. “Hasta entonces no había oído del asunto. Quería hacer una celebración en grupo y a partir de ahí comenzó a trabajar”.

Hizo el debido trabajo de campo y logró poner en marcha lo que hoy es una fiesta soñada para muchas jóvenes y su familia, una fiesta con muchos invitados en alta mar y rumbo a algunas de las mejores playas de México.

El proceso funciona en grupo, con las jóvenes trabajando juntas para una sola celebración en las que cada una tiene sus 15 minutos de gloria frente a sus invitados. “Una vez que se suben al barco y se hacen amigas ya no quieren hacer nada solas. La gente interactúa y da mucho orgullo a los papás ver a sus hijas desfilar, como una gran pasarela de quinceañeras”.

A bordo les ofrecen un paquete completo con barra libre y un baile de hora y media con aperitivos, además de una ceremonia colectiva pero con dedicatorias para cada niña.

Bell opera desde California pero ya tiene planes de trasladarse a Texas para vender su idea de negocios. “Tiene muchísimo potencial una vez que se supera el miedo inicial. Algunos piensan que un crucero es muy caro, que nadie va a venir, pero yo les doy hasta un año para pagar, y con esos plazos ya lo tienen todo resuelto”.

Es de suponer que otras agencias quieran imitar el concepto, pero mientras, Bell podrá presumir de seguir siendo la pionera en esta parte del mundo.

 

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