Caine Monroy tiene 9 años, pero con imaginación e ingenio construyó un centro de juegos que le está generando fama y dinero
Allí donde varios ven basura o desecho, Caine Monroy vio una oportunidad para ganar dinero y entretenerse. Tuvo una idea propia de un niño de su edad, echando a volar su imaginación y valiéndose de cajas de cartón para crear un elaborado centro de juegos tipo “arcade” y montar un negocio en la tienda de auto partes de su papá, ubicada en una calle industrial del Este de Los Angeles.
Solo faltaba el golpe de suerte, mismo que vino de la mano del cineasta Nirvan Mullick que, impresionado por la creatividad del pequeño se convirtió en su primer cliente y de paso realizó un video de 11 minutos sobre el trabajo de Caine que pronto se hizo viral en las redes sociales. Mullick dijo que había ido al lugar en busca de una parte para su vehículo. Casualidad o cosas del destino.
Y los clientes empezaron a llegar junto con cientos de curiosos que querían ver de cerca el mundo de cartón creado por el pequeño emprendedor, no sin antes ser convencidos de comprar un boleto para poder jugar con valor de 1 ó 2 dólares o llevarse una camiseta que cuesta 15 y que lleva impreso el nombre de la compañía: Caine’s Arcade.
Las ganancias, que hasta el momento rebasaban los 178,000 dólares en parte por las donaciones que se generan a través de su propia página web (www.cainesarcade.com), son una muestra de que el negocio va viento en popa.
Lo mejor de esta sorprendente idea del pequeño Caine es la creación de un fondo especial que le ayudará a ir a la universidad cuando crezca. Las donaciones pueden realizarse desde 1 dólar. Esto ha servido para que otras entidades pongan su granito de arena para ayudar a otros chicos como Monroy. Por ejemplo, the Goldhirsh Foundation está igualando dólar-por-dólar (hasta $250,000) para la creación de una fundación llamada Caines Arcade Foundation, la cual ayudará a encontrar, apoyar y fomentar la creatividad en los niños.
Aunque el pequeño Caine se ha vuelto en una especie de celebridad, continúa añadiendo detalles a su pequeño mundo de cartón un tanto ajeno al asombro de miles de personas que hacen filas para ver de cerca lo que la creatividad y la imaginación son capaces de hacer.
