No espere a hacerse mayor. Sáquele rendimiento a su dinero lo antes posible para garantizarse un retiro seguro

Desearía haber aprendido sobre el poder de la capitalización mucho tiempo antes. De niño paseaba perros en el vecindario y ganaba 5 dólares por semana. Si hubiera comenzado a invertir esos 5 dólares desde los nueve años hasta los 65, se habrían convertido en 254.000 dólares, considerando un rendimiento del 8 por ciento.

Lamentablemente, la pasión por la capitalización me nació mucho más tarde. Perdí la posibilidad de aprovechar al máximo mis primeros años de contribución al plan 401(k), lo cual habría marcado una gran diferencia al jubilarme.

Pero lo positivo es que mi hijo de 11 años de edad aprendió de mis errores y está ahorrando los 10 semanales que gana por repartir periódicos, además de su mesada. Mi esposa y yo hemos incrementado el pozo aportando sus ahorros en una cuenta IRA Roth que abrimos para él.

Entonces, ¿qué es la capitalización? Básicamente, es donde uno deposita dinero —ya sea en cuentas de ahorros, en una cuenta de jubilación o en el  — y lo deja allí guardado. Mientras la cuenta acumula intereses o dividendos, uno continuamente reinvierte esas ganancias (se capitaliza) generando así ingresos adicionales a un ritmo acelerado.

Se encuentran disponibles numerosas calculadoras interactivas en internet que pueden ayudarle a calcular los ahorros potenciales en diferentes situaciones. He utilizado algunas del sitio web Dinkytown para los siguientes ejemplos:

Con la calculadora “Compound Interest and Your Return” (“Interés compuesto y su rendimiento”) de Dinkytown, puede calcular a qué ritmo crecería una inversión por única vez en base a tasas de interés variable y plazos de tiempo. Por ejemplo, una inversión de 10.000 dólares con un rendimiento del 8 por ciento compuesto trimestralmente rendiría 22.080 dólares después de 10 años; 48.754 después de 20 años; y 107.652 después de 30 años.

Si puede apartar dinero cada mes, sus ahorros crecerán aún más rápido. Según la calculadora “Cool Million” de Dinkytown, si comienza a ahorrar 100 dólares por mes a los 21 años de edad con un interés del 8 por ciento, a los 65 años su cuenta tendría aproximadamente 447.000 dólares. Si aumenta la contribución mensual a 200 dólares duplicaría esa cantidad en aproximadamente 893.000 dólares.

Cuanto más arriesgada sea la inversión, mayores serán las ganancias potenciales —y las pérdidas. Por ejemplo, las cuentas de ahorro comunes por lo general ofrecen tasas de interés muy bajas a cambio de riesgos de pérdida muy bajos. Por otra parte, invertir en el mercado de acciones puede rendir potencialmente tasas de inversión de dos dígitos a largo plazo. (Por supuesto, las acciones pueden ser una inversión de riesgo a corto plazo.)

Entonces, ¿por qué no simplemente depositar el dinero en un lugar seguro? Simple: la inflación. Si su dinero está obteniendo un interés del 2 por ciento pero la tasa de inflación es del 3 por ciento, en realidad perderá un 1 por ciento.

Utilizando el ejemplo anterior de 100 dólares por mes con la calculadora “Cool Million”, si espera ganar un 8 por ciento de interés pero calcula una tasa de inflación anual prevista de 3.1 por ciento (la tasa promedio desde 1925), el saldo de su cuenta a los 65 años sería de 117.000 con el dólar de hoy, contra los 447.000 no ajustados a la inflación.

Cuanto más postergue el ahorro, más difícil será ponerse al día. Según la calculadora “Don’t Delay Your Savings!” (“¡No postergue sus ahorros!”) de Dinkytown, si ahorra 200 por mes a una tasa de interés del 8 por ciento, después de 30 años su cuenta tendría 283.522 dólares. Pero si espera dos años más para comenzar a ahorrar ese saldo se reduciría a 238.612 dólares, es decir, 44.910 menos. Y con una demora de cinco años terminaría sólo 182.968 dólares.

Para concluir: No deje los ahorros para más adelante. Haga que sus niños también se suban al tren de la capitalización; se lo agradecerán cuando tengan su edad.

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