La mala situación económica en Estados Unidos y la mejora de las condiciones al otro lado de la frontera han provocado la vuelta de un millón de mexicanos en los últimos cinco años

Lo confirman los último datos: la cara de la frontera está cambiando. La cantidad de emigrantes mexicanos que retornan a su país provenientes de Estados Unidos se ha incrementado considerablemente durante el quinquenio pasado al alcanzar casi el millón de personas, de acuerdo a datos censales revelados recientemente por la Secretaría de Gobernación.

En una conferencia de prensa, el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos, René Zenteno Quintero, aseveró que la cifra es 2,7 veces superior a la registrada en los resultados del Censo de Población y Vivienda del año 2000.

Esta realidad se contrapone a la reducción del éxodo de mexicanos a tierras estadounidenses, «lo que refleja un balance cercano a cero entre emigrantes e inmigrantes que regresan a México, por lo que estamos viviendo un momento histórico», indicó.

Por ello, hizo referencia a la reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo que habló de una caída del 70 por ciento en la tasa de emigración en los últimos cuatro años.

Atribuyó esta situación demográfica a diversos factores, entre ellos, la contracción de la economía estadounidense y las bajas expectativas de recuperación económica en ese país.

«A esto se suma el ambiente hostil hacia los inmigrantes irregulares que se ve reflejado en las más de un millón de deportaciones durante la administración del presidente (Barack) Obama, y en la proliferación de entornos locales negativos en términos de discurso político, opinión pública y reformas legales», dijo.

Douglas Massey, sociólogo especialista en temas de migración, quien también estuvo en la conferencia, ratificó estos datos y dijo sentirse pesimista sobre posibles leyes de Estados Unidos que beneficien a los inmigrantes en el futuro próximo.
Asimismo, aseguró que quienes trabajan con las comunidades emigrantes están desanimados con la política migratoria de Obama, pues durante la campaña para la Presidencia hizo varias promesas a los latinos para poder sacar adelante una reforma en este sentido, y hasta ahora «no ha hecho casi nada».

«Bajo su mando ha incrementado la militarización de la frontera con más recursos, más agentes, y se ha acelerado las deportaciones a niveles nunca antes vistos desde los años 30», añadió el también presidente de la Academia Americana de Política y Ciencias Sociales, quien confía en que con las próximas elecciones presidenciales surja alguna reforma.

Otro tema tratado en la conferencia fue la emigración centroamericana hacia el norte, que también se ha visto afectada por la crisis económica de Estados Unidos, especialmente por la disminución de la mano de obra.

«Lo podemos apreciar en las aprehensiones que hay en la frontera y las estadísticas del Instituto Nacional de Migración, que constatan que desde el 2005 cerca de 450.000 centroamericanos transitaron por México hacia Estados Unidos, y luego, en 2010, se redujo a 148.000», precisó Zenteno Quintero.

Muchas de esas teorías encajan con las palabras del presidente Felipe Calderón, quien cree que en la próxima década la economía de su país estará en las diez primeras del mundo y que eso significará el final de la inmigración como la hemos conocido. Sí seguirán llegando los trabajadores a Estados Unidos en busca de oportunidades, pero muchos encontrarán en casa la respuesta a sus sueños, un sueño en sí para una nación con ganas de darle la vuelta a la tortilla en cuestiones migratorias.

 

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