Los mercados de Wall Street lo celebraron con subidas generalizadas. Finalmente, el financiero Bernard Madoff, autor de la mayor estafa de la historia a través de un fraude piramidal, fue condenado a 150 años de prisión, por lo que pasará entre rejas el resto de sus días.
El juez federal Denny Chin calificó sus delitos de “extraordinariamente maléficos. Objetivamente hablando, este fraude es asombroso. Se prolongó por más de 20 años. Tenemos que enviar el mensaje más duro posible”, dijo tras imponer la mayor sentencia posible al estadounidense de 71 años, autor confeso de una estafa de 50.000 millones de dólares, la más elevada de la historia.
El juez, que recibió aplausos de la audiencia, citó una de las decenas de cartas que ha recibido de víctimas de la estafa, donde se contaba que en el funeral de uno de los clientes de Madoff, éste se acercó a la viuda, la abrazó y le dijo “tu dinero está a salvo”, por lo que ella le confió aún más fondos y ahora lo ha perdido todo.
“Se debe transmitir el mensaje de que los delitos del señor Madoff fueron extraordinariamente maléficos y que este tipo de manipulación del sistema no constituye un simple delito sin derramamiento de sangre que se queda sobre el papel, sino que conlleva también impresionantes penas”, argumentó el juez.