Ana Vega-Woller puso en marcha un negocio por internet a raíz de ser madre, una fórmula  sencilla por internet con potencial para convertirse en un ingreso considerable

Para Ana Belén Vega-Woller el tiempo es la materia prima más valiosa del momento. Por eso, después de años en periodismo como colaboradora de diferentes medios en el extranjero, decidió desarrollar su propia idea por internet. Hoy, es dueña del portal Mamadookids.com, una página para niños que vende un sólo artículo en dos colores ‹rosa y azul>, un colchón plegable para madres y sus pequeños. La empresa funciona bien, no requiere de mucho tiempo para manejarla y supone un ingreso extra que en el futuro espera que sea un sueldo considerable. El escenario perfecto.

El experimento empezó en otoño y aunque Vega prefiere no hablar de números concretos, dice que cada semana vende más casi el doble que la semana anterior‹ y que los pedidos llegan de todas partes de Estados Unidos. «Incluso hemos tenido peticiones para mandar el producto a Canadá», asegura esta joven madre de Sebastián, de 3 años y medio.

Tras dar a luz, Vega-Woller comenzó a pensar en soluciones para volver a estar activa, y la idea de emprender un negocio le resultó atractiva. «Mi padre era importador de maquinaria de minería en España y mucho de mis antepasados también eran buenos negociantes. Incluso mi abuela era una emprendedora de bienes raíces, que para su época era muy moderna», dice con una sonrisa recordando.

La clave de la empresa de esta española es el haber buscado una fórmula sencilla, sin arriegar demasiado capital y sin meterse en situaciones complejas. De hecho, aunque tenga mucho éxito y su negocio su multiplique por cinco en el futuro, no piensa modificar demasiado el tiempo que invierte. «Si eso ocurre, contrataré una secretaria virtual, que suelen estar en India o en algún lugar del extranjero, para que se encargue de todas las cuestiones que puedan surgir con la atención al cliente».

Y no quiere empleados. Significaría pagar nóminas y papeleo, algo que es lo que precisamente no quiere ni ver para que no le quite tiempo de estar con su hijo. «Inicialmente no quería estar encerrada en una oficina, sino trabajar desde casa y no arriesgar demasiado dinero. Ahora le dedico de dos a seis horas al día, contesto emails de los clientes y promociono el negocio de distintas maneras».

Eso no quiere decir que no sea ambiciosa con el proyecto y que no esté pensado en una facturación anual de entre 75.000 y 100.000 dólares. «Es muy posible porque esta empresa tiene mucho potencial», asegura confiada.

La mayoría del tiempo lo invierte en el márketing de la empresa, aunque asegura que lo más importante es el boca a boca entre las distintas madres, un factor clave para la buena marcha desde que la empresa empezó a andar. Y la buena estrella. Vega recuerda que su primera clienta, una señora de San Francisco, compró el colchón al día siguiente de que estuviera abierta la página. También va a empezar a anunciarse en revistas de niños, donde su producto tiene mucha visibilidad.

Parece fácil así expuesto, pero la empresaria española tardó un tiempo en poner la cuestión en marcha. Primero buscó tener un producto atractivo y que tuviera demanda y luego fue en pos de los componentes. «El colchón plegable no existía y me di cuenta de que era mi nicho», indica.

Luego consiguió las telas, el material para que todo encajara y comenzó la producción. Ahora, explica que no acumula más de 100 unidades mientras continúan los pedidos, para evitar tener que pagar por grandes zonas de almacenamiento. Todo sencillo.

Y a vender. Eso es lo bueno que tiene este país, que la gente compra si les ofreces algo de calidad e interesante», un ejemplo preciso del poder de internet y de los nuevos tiempos Eso de la oficina de 9 a 5 ya no se lleva.

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