El resurgir de la mujer en países en vías de desarrollo será una de las claves para un mundo sostenible en el futuro
El 70 por ciento de la población mundial adulta sin una cuenta bancaria formal está condenado a una vida de incertidumbre económica e ignorancia financiera. Si la formación cultural de la mujer establece que debe poner siempre las necesidades financieras de su familia por encima de las suyas, ¿podrá aprender a ahorrar dinero para su jubilación sin sentirse culpable?
Estos son solamente algunos de los temas complejos que surgieron en la séptima Cumbre Anual de Educación y Cultura Financiera (Financial Literacy and Education Summit) patrocinada por el Federal Reserve Bank of Chicago y Visa Inc. Reconocidos expertos en finanzas y periodistas de Estados Unidos e internacionales abordaron el tema de “mejorar globalmente la educación financiera de la mujer y sus capacidades” a través de un activo debate.
A continuación, algunos de los detalles fascinantes que se dieron a conocer:
—Richard Cordray, Director de la U.S. Consumer Financial Protection Bureau (Oficina de Protección Financiera del Consumidor de EE.UU.), destacó que “una gran mayoría de maestros de K-12 dicen que la escuela debería enseñar sobre finanzas personales, sin embargo, menos de un tercio manifiesta haber enseñado sobre el dinero y más de la mitad no se siente capacitada para enseñar sobre las normas de educación financiera en su estado”.
—Linah Mohohlo, Gobernadora del Banco de Botswana, enfatizó que no solamente es importante enseñar a las mujeres educación financiera sino también las actividades a evitar, como los esquemas Ponzi o el préstamo de dinero a personas sin establecer el modo de reintegro o los términos en cuanto a intereses.
—Bernie Ripoll, Secretario Parlamentario del Tesoro de Australia, agregó que las mujeres deberían tener la facultad para hacer preguntas o decir que no si les solicitan invertir en algo que no comprenden.
—Según la periodista financiera sudafricana Maya Fischer-French, entre los mayores obstáculos financieros con que se topa una abrumadora cantidad de mujeres en su país se encuentra el hecho de ser madres solteras, alrededor del 56 por ciento. De esa cantidad, solamente 21 por ciento recibe asistencia financiera a través del padre de sus hijos.
Ante la pregunta de si la educación financiera gira en torno al acceso a cuentas bancarias tradicionales, la periodista egipcia Amira Salah-Ahmend dijo que aproximadamente 90 por ciento de la población egipcia no posee cuenta bancaria, lo que significa que la mayoría de sus transacciones no están reguladas y por lo tanto, son más riesgosas.
La periodista mexicana Adina Chelminsky agregó que a muchas personas del tercer mundo les resulta mucho más fácil acceder al crédito a través de canales informales de préstamo que a través de productos bancarios. “La idea no es formalizar todo este sistema informal de préstamo sino que los bancos y los gobiernos amplíen su horizonte y desarrollen nuevos productos para mujeres con ahorros mínimos”, dijo.
Los panelistas compartieron algunos métodos alternativos de finanzas que ya están vigentes y son exitosos:
—Microfinanzas, donde organizaciones como Kiva otorga pequeños préstamos a personas que no pueden obtener crédito a través de bancos tradicionales, que ayudan a mujeres a lograr la estabilidad financiera en muchas naciones subdesarrolladas. Por ejemplo, una joven de Pakistán o México ahora puede obtener un micropréstamo para comprar una máquina de coser y crear su propio negocio.
—Además, en Pakistán, una gran compañía de telecomunicaciones se asoció a una microfinanciera para brindar “soluciones bancarias sin sucursales” a través de la tecnología móvil para personas que están alejadas del sistema bancario. “Actualmente tenemos 45000 agentes que realizan esta clase de negocios en comparación con los 13000 de la red bancaria”, explicó Yaseen Anwar, Gobernador del Banco del Estado de Pakistán.
Para concluir: Las mujeres de todo el mundo enfrentan desafíos únicos en lo que respecta a la educación económica y financiera. La clave está en que los gobiernos, las instituciones financieras, los educadores y los empresarios trabajen de manera conjunta para diseñar las herramientas financieras y los materiales educativos para alcanzar a la mitad femenina de la población mundial, cuanto más joven, mejor.
