negocio de la liquidación

María y George Ysho están detrás de MBA Trading Group, una empresa con un crecimiento del 700% en solo cuatro años

Cuesta creer que de los excedentes de las grandes cadenas pueda surgir una oportunidad para darle empleo a un nutrido grupo de personas. Es el caso de MBA Trading Group, un negocio de la liquidación fundado por un matrimonio de inmigrantes con las ideas muy claras, María y George Isho, una empresa que arrancó en 2009 y que ya genera millones de dólares.

Comenzaron como muchos, sin apenas capital pero con la experiencia de haber trabajado en una empresa del mismo ramo antes de lanzarse a la aventura en solitario. Se conocieron en el departamento de ventas de una compañía de productos electrónicos y allí creyeron estar listos para dar el paso empresarial, fundando Sierra Electronics.

El tiempo les ha dado la razón, manteniendo no solo Sierra, especializada en la importación y exportación de productos electrónicos en dirección a Centroamérica, Sudamérica, Canadá y Europa, sino dándole volumen a MBA, un negocio de liquidación con un crecimiento explosivo desde su lanzamiento: un 700 por ciento en cuatro años.

María Ysho se apoya mucho en su fe cristiana para justificar esos números. Eso y la perseverancia para firmar contratos con grandes cadenas comerciales para conseguir la mercancía. «Les llamó la atención a los ejecutivos de las marcas el hecho de que no me daba por vencida», dice Ysho. «Estoy segura que era Dios detrás ayudándome. De lo contrario hubiera sido muy difícil meter la cabeza en un mundo donde la competencia es tan dura».

De las muchas toneladas de mercancía que entran cada día en la gran nave industrial con la que cuenta MBA Trading en City of Industry, una ciudad de corte industrial al este de Los Angeles, un 90 por ciento va a parar a los mercadillos de ocasión, más conocidos en Estados Unidos como «swap meats», y el 10 por ciento restante sale fuera del país, producto de calidad por un precio casi ridículo de cara al consumidor.

Este año cuenta con apoyo de Rite Aid y CVS para darle aún más salida a todo ese producto que no pueden vender, mercancía que suelen declarar como pérdida de inventario. «Para el movimiento que ellos tienen, lo que yo les compro no es nada. Pero para nosotros es increíble», explica Isho.

En cuanto a sus clientes, explica que tienen de todo, desde comerciantes en busca de gran volumen, hasta compradores de cosas más pequeñas, habituales en el negocio de la liquidación. «Hay mucha gente que viene a comprar un lote para mandarlo a México, más efectivo que mandarles dinero que no saben si aprovechan bien. Me empecé a fijar que si ponía cajas de 100 piezas como ropa, cosas de niño y adulto, con accesorios y un precio que puede llegar a 65 dólares la pieza, se vendía bien. Ha sido un éxito», certifica Ysho.

Pero no todo es su lado empresarial. También es madre de dos hijos —uno de ellos ya se está preparando para manejar la empresa en el futuro— y miembro activo de una iglesia católica en North Hollywood, generosa contribuyente a la causa junto a su marido, que les ha llevado a recibir un premio humanitario, el Monsignor Thomas A. Kiefer. Una historia de éxito en Los Angeles.

 

 

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