Es importante conocer los efectos de sacar dinero de las cuentas de retiro, no sólo por los impuestos que acarrea sino por la dificultad devolver los fondos a medio plazo

 

Antes de la crisis inmobiliaria, no era raro que la gente hipotecara sus viviendas para cancelar sus deudas. La caída de los valores de las viviendas y la mayor rigidez de los préstamos contribuyeron a limitar esa práctica, lo que hizo que la gente adoptara un hábito mucho más peligroso: tomar prestado o retirar dinero de sus cuentas de jubilación para lidiar con las dificultades financieras.

En ocasiones, un préstamo o retiro de dinero de una cuenta IRA o 401(k) puede ser su mejor o única opción, pero usted debe conocer los posibles efectos en sus impuestos y en sus objetivos de ahorro a largo plazo antes de recurrir a estos ahorros:
Préstamos 401(k). Muchos planes 401(k) permiten a los participantes tomar dinero prestado de su cuenta para comprar una casa, pagar la educación o gastos médicos, o evitar un desalojo o el incumplimiento de una hipoteca. En general, usted podrá tomar prestado hasta la mitad de su saldo disponible a la fecha hasta un máximo de 50,000 dólares —o menos, si tiene otros préstamos 401(k) pendientes de pago.
Generalmente, los préstamos deben ser cancelados en cinco años, aunque la fecha límite puede extenderse si se los utiliza para comprar su residencia principal.

Las posibles desventajas de los préstamos 401(k) son:
—Si usted deja su empleo, incluso involuntariamente, debe cancelar el préstamo inmediatamente (generalmente dentro de los 30-90 días); de lo contrario, adeudará el impuesto a las rentas sobre el resto – más una penalidad del 10 por ciento por distribución anticipada si tiene menos de 59 años y medio.
—Podría verse tentado a reducir su aporte mensual al plan 401(k), lo que reduciría significativamente sus potenciales ahorros a largo plazo.

Retiros de las cuentas 401(k) e IRA. Muchos planes 401(k) permiten realizar retiros por dificultades financieras para afrontar ciertos gastos médicos o de educación superior, funerales, comprar o reparar su casa o evitar un desalojo o ejecución de hipoteca. Usted adeudará el impuesto a las rentas sobre el monto retirado – y, generalmente, deberá pagar una penalidad del 10 por ciento.

A diferencia de los planes patronales, con las cuentas IRA tradicionales usted puede hacer retiros de su cuenta en cualquier momento y por cualquier motivo, pero deberá pagar el impuesto a las rentas por el monto retirado – y por lo general, también se le cobra una penalidad del 10 por ciento.

Con las cuentas Roth IRA, usted puede retirar sus aportes en cualquier momento dado que ya han sido gravados. Sin embargo, si retira los intereses antes de los 59 años y medio, seguramente deberá tener que pagar la penalidad del 10 por ciento.

Otras consecuencias fiscales. Con los retiros de las cuentas 401(k) e IRA tradicionales, el dinero se agrega a sus ingresos imponibles, lo que podría trasladarlo a una categoría fiscal más alta o incluso poner en peligro ciertos créditos, deducciones y exenciones fiscales ligadas a sus ingresos brutos ajustados (AGI, por sus siglas en inglés). En total, usted podría terminar pagando la mitad o más de lo que retira en impuestos, penalidades y pérdida o reducción de beneficios fiscales.

Pérdida de capitalización. Por último, si usted toma un préstamo o retira fondos de sus ahorros jubilatorios, perderá el poder de capitalización en el que los intereses obtenidos sobre sus ahorros se reinvierten y, a su vez, generan más ingresos. Perderá cualquier ganancia que esos fondos hubieran generado que, en un par de décadas, podrían ascender a decenas o cientos de miles de dólares de ingresos perdidos.
En conclusión: Piénselo mucho antes de utilizar sus ahorros jubilatorios para otros fines que no sean exclusivamente su jubilación. Si son su único recurso, asegúrese de consultar con un asesor financiero sobre las consecuencias fiscales.

 

 

 

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