Descubra cuatro razones por las que le conviene asistir a esta celebración que se realiza una vez al año

Es una costumbre que cada mes de diciembre, compañías chicas, medianas y grandes tengan una fiesta de Navidad a la que invitan a todos los empleados. Esta la oportunidad perfecta para convivir un poco más con los compañeros, dueños y otros ejecutivos de alto mando, pero lejos de las obligaciones del trabajo.

Por supuesto existen cosas que definitivamente no se deben hacer en estas reuniones; todos las conocemos: no tomar de más, no coquetear de más y con quien no se debe, y no pelear.

Pero si está pensando en no asistir a la fiesta de Navidad, considérelo mejor, a menos de que tenga una razón de peso para ausentarse. ¿Por qué? Por estas razones:

1. Para socializar con sus compañeros de trabajo. Muchas personas no quieren socializar después del horario de trabajo, pero la fiesta de Navidad es otra cosa; es una estupenda oportunidad para demostrar que uno quiere ser parte del equipo y que está dispuesto a fortalecer o crear relaciones con integrantes de otros departamentos; eso lo tendrán en cuenta los jefes, no lo dude.

2. Para demostrar que se puede contar con uno. Muchas compañías piden la ayuda de voluntarios para organizar la fiesta de Navidad. No se esconda, levante la mano y ofrezca su ayuda, eso le da puntos extras no solo por mostrar su espíritu navideño, sino porque le permite destacar por su iniciativa, algo que más adelante le puede servir en su carrera dentro de la compañía.

3. Para fomentar el compañerismo. Estas reuniones son para disfrutar por lo obtenido durante el año, sea poco o mucho; es una forma de dar gracias por las metas cumplidas, pero sin tanto protocolo; también es una gran oportunidad para saludar y conocer a los compañeros con los que no interactúa regularmente. Pero cuidado, evite hablar de problemas o de quejarse de otros empleados; tampoco es el momento de hablar de aumentos de sueldo o ascensos. De lo que se trata es de ser positivo y hasta de compartir algunas ideas o proyectos para el año que viene, claro, sin dejar de disfrutar de la fiesta.

4. Para demostrar que uno está contento de tener ese trabajo. Hay que ser agradecidos, poner buena cara y divertirse; esa es la actitud que quieren ver los jefes en la fiesta de Navidad. Después de todo, la compañía es la que corre con todos los gastos, así que no tiene de qué quejarse, al menos en ese momento. Si no puede quedarse toda la fiesta, al menos hágase presente un rato, eso se le tomará en consideración.

Con información de CCN Business

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