Tomar precauciones financieras cuando se sospecha que se puede quedar sin trabajo, puede ser clave para no sufrir por partida doble

Seguramente conoce a alguien que ha sido despedido recientemente. Estar desempleado ya es bastante difícil, pero lo que es peor: cuanto más tiempo esté sin trabajo, más difícil será conseguir un empleo.Además, cuando finalmente aparece, a menudo se trata de una posición con una remuneración inferior. Este golpe doble puede perjudicar sus finanzas durante los próximos años.Si fue despedido recientemente o si está preocupado pensando que su empleo está en peligro, hay varios pasos que debería dar de inmediato para protegerse financieramente:

Averigüe acerca de los beneficios por despido. Los empleadores no tienen la obligación de brindar estos beneficios a menos que formen parte del contrato de trabajo, pero no pierde nada con preguntar. Aplique lo que conozca acerca de las políticas de despido de su compañía – y lo que otros han recibido – para negociar un mejor paquete.
Los beneficios por despido más comunes incluyen:

—Indemnización por despido, generalmente basada en los salarios anuales y años de servicio.
—Seguro de salud extendido y asistencia para el pago de las primas.
—Uso temporal de recursos de la compañía, como por ejemplo, oficina o equipos.
—Asistencia para el desocupado.

Solicite beneficios por desempleo. Dependiendo de su antigüedad laboral y otros factores, podría calificar para pago del seguro de desempleo. El periodo de espera se basa en la fecha de solicitud, no en la fecha en que perdió el empleo, por lo tanto, solicítelo de inmediato.

Refrene los gastos. Incluso si pudo constituir una reserva de fondos de emergencia, el desempleo a largo plazo puede acabar con sus ahorros. Analice su presupuesto cuidadosamente y lleve un registro de todos los gastos, recorte aquellas cosas que no son imprescindibles (vehículos innecesarios, comidas afuera, TV por cable, ropa nueva, etc.)

Administre sus cuentas. Normalmente, hacer pagos adicionales de hipoteca, de préstamos y de tarjetas de crédito es una magnífica estrategia financiera, pero si está afrontando el desempleo, sería lógico moderar los pagos para incrementar los ahorros disponibles para el pago de cuentas. Sólo asegúrese de realizar al menos los pagos mínimos – puntualmente; de lo contrario, correrá el riesgo de incurrir en mayores tasas de interés y perjudicar su calificación de crédito.

Además, ésta podría ser la única vez lógica para suspender los aportes al plan 401(k) para poder acumular más dinero en efectivo. Si más adelante su situación laboral es segura, consulte si su empleador permite realizar aportes a fin de año para ponerse al día con el plan.

Proteja su plan 401(k). Después de ser despedido, tendrá varias opciones con respecto al saldo de su plan 401(k):
—Si es posible, déjelo en el plan de su antiguo empleador, (a pesar de que, si es menor a 5,000 dólares podría tener que cerrar la cuenta).

—Traspáselo al plan del nuevo empleador, en caso de que corresponda.
—Traspáselo a una cuenta IRA Roth normal. (Con una cuenta Roth, pagará impuestos sobre los ingresos en base al monto cuando presente su declaración de impuestos de este año; no obstante, no se gravarán los intereses subsiguientes cuando se jubile).
—Realice una extracción en efectivo global por única vez. (Muy pocas veces es una buena idea. Esto reduce significativamente sus ahorros de jubilación y adeudará impuestos sobre los ingresos sobre el monto más una penalización por retiro anticipado del 10 por ciento a menos que sea mayor de 55 años o esté discapacitado.)

También tenga en cuenta que los préstamos del plan 401(k) deben pagarse, generalmente dentro de los 30 días de dejar el empleo, de lo contrario adeudará impuestos y una penalización por distribución anticipada si es menor de 59 años y medio. Consulte a un profesional en finanzas para conocer más acerca de las consecuencias financieras de las distribuciones del plan 401(k).

Ser despedido puede ser muy estresante y costoso, pero si prepara una buena estrategia de juego, podrá minimizar los daños a su bienestar financiero.

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