Tony Martinez es el vicepresidente de Ken Porter Auctions, una empresa de subastas de autos, maquinaria pesada y hasta bicicletas en Gardena. Es el lugar perfecto para encontrar una oferta especial

En un país donde no se estila reparar, sino comprar algo nuevo una vez que no funciona —o que tiene demasiados años—, existen compañías como Ken Porter Auctions, donde todo tiene salida, no importa lo viejo que sea. Y aunque son autos lo que más demanda acapara, en esta empresa de Gardena, manejada por hispanos en su mayoría, se subastan helicópteros, maquinaria pesada para construcción, autobuses públicos y hasta palos de golf.

«Aquí hay de todo», dice Tony Martínez, vicepresidente de la compañía. «Somos de alguna manera un centro de reciclaje, donde al final todo se aprovecha y se vende».

Tienen variedad porque están conectados con varias agencias gubernamentales como la de Los Angeles, de San Diego y otros municipios del sur de California,  lo que explica que en su inmenso solar haya un abanico de maquinaria—alguna difícil de identificar— y cosas muy llamativas como coches de policía y de detectives de la policía de Los Angeles, con marcas de pintura en las puertas para que el comprador no decida tomarse la justicia por su mano.

Dos veces al mes, se monta un subasta abierta al público donde se puja al mejor postor y donde casi todo sale del lote por donde entró, con un nuevo y orgulloso dueño. «En su mayoría es gente corriente la que asiste a las subastas», explica Martínez, que lleva casi dos años con la compañía. «Aunque también hay compradores de ‘dealers’ y clientes VIP, que pujan a gran escala y que tienen su propia sala para poder ver los lotes de forma cómoda». También reciben clientes que compran material para venderlo a terceros o que lo envían directamente a México, Sudámerica y Nigeria.

Martínez dice que muchos llegan hasta el local en busca de una ganga a precio reducido. Recomienda, sin embargo, traer a un experto en coches con ellos para asegurarse que compran algo bueno. «Yo no puedo darles consejos. No soy un experto y lo que compran es lo que compran. No hay mucho tiempo tampoco, porque se venden autos cada 45 segundos. Es un proceso muy rápido».

La ventaja es que tienen días específicos para ver los carros antes de comprarlos. «Pueden inspeccionarlos, hacerlos funcionar pero no los pueden manejar». La condición para participar es que hay que dejar un depósito de 500 dólares, «tanto si compras como si no, y si no compras nada te devuelven el dinero a la salida».

Por etnia, el 65 por ciento de los clientes son hispanos, lo que para Martínez no deja duda de que son el futuro, «en esta o en cualquier industria del sur de California».

El mismo es descendiente de hispanos, con antepasados en México y familia en Santa Fe, Nuevo México. Antes de trabajar para esta empresa de subastas de carros, tenía su propio negocio de venta de partes para autos clásicos, una empresa que la crisis se llevó por delante después de 18 años.

Ahora está concentrado en las subastas y todo lo que conllevan, un negocio que maneja a la perfección y que en su opinión siempre tendrá salida. Al final y al cabo, este un mundo de compradores y vendedores.

Más información en https://kenporterauctions.net/ o llamando al 1.866.413.8662

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