Gilbert García compró 113 hectáreas de terreno frente al Mar de Cortés, al sur de San Felipe, donde ya opera un hotel y espera vender lotes para viviendas

Pocas tierras quedan en este planeta por explotar, y muchas menos que tengan un claro atractivo turístico, mar y playa a pocos kilómetros de la frontera con Estados Unidos. No es el caso de Baja California, donde no hay más que dejar atrás Tijuana y enfilar hacia el Mar de Cortés para estar, en poco tiempo, frente a la nada más absoluta.

Allí, a 51 kilómetros exactos al sur del lugar más poblado del área, San Felipe, ha puesto en marcha su sueño Gilbert García, un empresario local del sur de California, a quien el gobierno mexicano le ha echado el ojo para su plan de creación de empleo y desarrollo de una zona con potencial.

El objetivo de García es el mismo que el de la administración de Felipe Calderón: construir civilización a base de hoteles, viviendas vacacionales junto al mar y puntos de interés para el turista nacional e internacional que hagan de Baja California algo más que los lujosos campos de golf de Cabo San Lucas.

Lo de García son 113 hectáreas de terreno que adquirió en 2003 junto a su familia y dos socios inversionistas, con el objetivo de construir un hotel, El sueño resort, suficientemente atractivo para que lleguen turistas de todas partes. «No pretendemos ser Cabo San Lucas, pero sí un lugar agradable de vacaciones para gente de todos los presupuestos», explica.

De momento, sólo tiene capacidad para 18 personas en un proyecto que está en su fase inicial y que debe atravesar otras tres fases más hasta que esté terminado. Entonces, dentro de un tiempo indefinido, habrá un lago artifical junto a la playa, y un conjunto residencial de casas que ahora están disponibles desde 15.000 dólares por lote.

«Tenemos 160 lotes, así que hay espacio para muchas familias que quieran tener una modesta casa de vacaciones en San Felipe», un pueblo de pescadores de unos 16.000 habitantes que está en plena fase de desarrollo.

Pero García no es el único. El grupo de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, se ha hecho con una gran parte del terreno junto a las playas del Mar de Cortés, algo que García cree que puede cambiar la región para siempre. De momento, el que vuela hacia los magníficos hoteles de Cabo San Lucas sólo ve desierto y playas sin dueño, donde perderse y caminar sin que nadie le vea.

El problema es la falta de infraestructuras como carreteras, gasolineras y restaurantes, aunque muchos creen que es cuestión de tiempo antes de que esas tierras vírgenes pierdan la inocencia.

Ese también es un problema para García en su parcela de El sueño, aunque poco a poco se ha ido buscando actividades para sus huéspedes. «Hay bastante que hacer, porque tenemos motos quads para meterse por el desierto, además de actividades como salir a pescar. Aquí la pesca es fabulosa. No hay más que poner la red y caen todo tipo de peces muy sabrosos».

De momento, García ofrece el espacio a 75 dólares por noche, casas privadas donde pueden caber hasta cuatro personas, por lo que sigue siendo una estancia económica. En cuanto al lote, arrancan en 15.000 dólares y llegan hasta los 30.000, con pagos que pueden ser tan bajos como 160 dólares mensuales.

Es una manera factible de tener a mano el sueño de tener una casa de vacaciones en México junto a la playa, en una zona que hoy no hace ruido, pero que no tardará demasiado en hacerlo.

Share.

Inscríbase a nuestro boletín

Reciba todos los artículos más importantes a su email