El equipo completo de Mi Oficina Income TaxJosé García pertenece a una generación de ecuatorianos que ha logrado llevar a Mi Oficina Income Tax al siguiente nivel en la preparación de los impuestos

Hay una máxima universal que aplica a todos los que se dedican a preparar declaraciones de impuestos y que lo convierte en un negocio a prueba de pandemias y otras crisis. “Hay dos cosas de las que nadie se escapa en esta vida: la muerte y el Tío Sam. Al menos en Estados Unidos”. El dicho, que no por manido hasta la saciedad deja de ser innegable y ocurrente, lo suelta un hombre que de impuestos sabe un rato. José García, hijo de un inmigrante ecuatoriano y nacido en Nueva York, lleva las riendas de una marca, Mi Oficina Income Tax, en plena expansión. No han parado de crecer desde 1992, cuando su padre heredó la empresa de su tío.

Tal ha sido la expansión que no está seguro de la cantidad de oficinas que operan. “Son 15 o 16”, dice entre risas. En 2010 tenía tan solo cinco y en una década han logrado triplicar, lo mismo que el nivel de ingresos. Pasaron de un millón de dólares anuales a los 4,5 que facturan en la actualidad con un servicio sencillo, entre comillas. Se dedican a solucionar el trámite anual de la declaración de impuestos a la comunidad latina de Los Angeles.

“Algunos casos sí pueden ser fáciles, pero un 70% de las personas aún necesitan la ayuda de un profesional”, ratifica García. Su cliente más habitual es hispano, de bajos recursos y con urgencia por enviar su declaración para recibir el reembolso, si es que le corresponde. Representan un ejército de 14.000 clientes a los que dan o han dado servicio y que pagan una media de 140 dólares por declaración.

José García es el que lleva las riendas del negocio.

Su alcance a nivel regional es considerable. Tienen oficinas desde Fontana hasta Anaheim, pasando por Temple City, Corona, Riverside y La Puente, por mencionar algunas. La meta es duplicar esa presencia en los próximos cinco años. Espera lograrlo con una especie de sistema de franquicias en el que ya participan varios hermanos y tíos, todos dueños de oficinas. “Es un grupo bastante grande de ecuatorianos”, atestigua García.

Allí, en el trópico, empezó todo de alguna forma. Su padre —de Guayaquil— emigró a Estados Unidos —pasando primero por Puerto Rico en busca del sueño americano. Su hija Jessica nació en la isla en 1975 y después llegarían, con la familia ya en Nueva York, Vicky y José, en 1976 y 79, respectivamente.

En la Gran Manzana el patriarca hizo de todo. Comenzó en fábricas y luego se hizo taxista. Tras un viaje de placer a California decidió trasladarse a un clima más cálido, a Los Angeles. En la costa Oeste se metió a camionero pero por las tardes ayudaba a su hermano con el negocio de los impuestos. La muerte de su hermano en el 92 le llevó a tomar las riendas. Y el resto es historia.

García recuerda que a su padre le fue creciendo poco a poco el amor por los impuestos. “Aunque resulte extraño, claro que se puede tenerle amor a esto”, ratifica el empresario neoyorquino. “Ayudas a la gente a recibir su dinero, apoyando a la comunidad latina, y ganando tú dinero de paso”.

Para encontrar una oficina cerca, visite mioficinaincometax.com

Share.

Inscríbase a nuestro boletín

Reciba todos los artículos más importantes a su email