Al inicio sacaba las llantas de los autos y las vendía a una llantera. Muy pronto vio que ahí había un nicho de negocio y empezó a soñar con tener su propia llantera. Se asesoró con un amigo y comenzó a buscar el lugar apropiado, en cuanto encontró un local con las características que requería, lo rentó. Felizmente, hace un año abrió su propio negocio en un espacio de dos yardas. En la actualidad cuenta con siete empleados y su esposa, quien también ayuda en la llantera de Antonio. Una vez más está demostrado que para iniciar cualquier negocio es necesario soñarlo, desearlo, planificarlo y llevarlo a cabo.
Más información visite www.llantasusadasenorangecounty.com