Efraín Ferrer salió de Cuba para hacer algo mejor con su vida. No sabía entonces, mientras vendía pescado fresco en Panamá rumbo al sueño americano, que este año su empresa, Strong Tie Insurance, vendería más de 25 millones de dólares en seguros.
He aquí un inmigrante cubano que pasó de vender pescado en una esquina de Panamá a facturar 25 millones de dólares al año en la ciudad de Bell, en California, un cubano que levantaba pesas en su isla natal y que se acabó aprendiendo todas las claúsulas del manual para fundar un imperio de los seguros.
“No me pregunte cómo ocurrió, porque cada día que pasa me parece más un milagro de Dios”, dice entre risas Efraín Ferrer, el dueño de Strong Tie Insurance, una empresa que provee seguros de autos, camiones y casas, entre otras cosas. Hasta la fecha tiene cinco oficinas en el área de Los Angeles y promete colocar sus tentáculos en más zonas.
Su ambición parece no tener límite y de momento el esfuerzo está dando frutos espectaculares. Si en el año 2005 facturaba 12 millones de dólares, ahora ya reconoce 25 millones, aunque las cifras en su computador, con lo que le vende al año a aseguradoras como AIG o Infinity, son mucho más escandalosas.
Pese al manejo de millones como si fueran manzanas, Ferrer no es un tipo ostentoso. Muestra orgulloso una sala de conferencias que acaba de montar en sus oficinas de Bell y valora las pequeñas cosas que ha ido acumulando.
No olvida las miles de horas que trabajó de noche, a 4,5 dólares la hora, desde su llegada a California en busca de la oportunidad de su vida. “Prefería trabajar de noche para poder buscar cosas de día”, confiesa.
Ferrer, casado y con cinco hijos, tiene 47 años y lleva media vida ejecutando su plan. “Todo el mundo debe tener uno para tener éxito en la vida”, explica este empresario de ojos claros y cara de bonachón. Salió de Cuba con la misión en mente, primero de dejar atrás la opresión del régimen castrista y después de hacer algo grande en la vida. Pagó casi 3.000 dólares por un permiso de trabajo en Panamá.
No tardó mucho en poner rumbo hacia Estados Unidos de la mano de un amigo en Miami —“casi un hermano”, según lo cuenta Ferrer— que le ayudó a conseguir la visa para poder viajar.
Aunque estaba contento en Florida, decidió marcharse a los seis meses rumbo a California en busca de oportunidades de verdad. “Miami se me quedó pequeño”, explica. “Así que metí mi cama en la parte de atrás de mi ‘van’ y me dediqué a manejar en dirección a California, donde vive mi tía, la hermana de mi madre”.
Le esperaba trabajo duro y de todo tipo: comenzó en un almacén de papel por las noches, para después meterse a sacar petróleo para una empresa californiana. Al final terminó como camionero —trockero, como él dice—, y con licencia para ir de mercado en mercado por 10 dólares la hora.
Hasta que alguien le dijo que tenía que pagar 7.000 dólares anuales para asegurar un camión que había comprado como iniciativa de negocios, y empezó a pensar en montar su propia compañía de seguros.
Y así ha ido evolucionando, simplificando los pasos hasta controlar todo el panorama, no sólo vendiendo seguros sino montando su propia financiera y otra empresa paralela de venta de seguros al por mayor.
Saca papel tras papel de la impresora que tiene a su izquierda y dibuja tantos por cientos y operaciones numéricas sencillas para dar pistas, a grandes rasgos, de porqué ha llegado a ser la clase de empresario que es. Y le gusta escuchar, descubrir nuevos mundos que siempre pueden reportarle algo nuevo.
“Soy un loco de ideas fijas”, dice cuando trata de definirse a sí mismo. “Y sé que el éxito depende de la cantidad de riesgo que seas capaz de asumir. Si te arriesgas mucho tendrás mucho éxito”, asegura. Y lo dice alguien que vende seguros. Ironías de la vida.
Para saber más acerca de su exitosa empresa Strong Tie Insurance, Ferrer será el orador principal de la próxima Expo Su Socio de Negocios que se estará llevando a cabo el miércoles 20 de junio de 2012, en el Museo de Arte Latinoamericano (MOLAA).
