Cuatro rasgos reveladores que tienen en común los aspirantes a empresarios
Tener el trabajo ideal a veces no basta. Hay muchas personas que ganan bien, trabajan en grandes corporaciones y cuentan con excelentes prestaciones, pero al final del día no se sienten completamente satisfechas. Mientras, en su mente empieza a tomar forma la idea de independizarse, de convertirse en su propio jefe, de tener su propio negocio donde no haya barreras que lo limiten. Pero es entonces cuando aparecen las barreras que terminan por acorralarlos, como el temor, la ansiedad, las obligaciones o la falta de recursos para dar el salto.
¿Es usted un empresario reprimido? Hay una forma rápida de saberlo.
4 rasgos reveladores que casi todo aspirante a empresario comparte
1. Anhelo: Usted se sorprendería de la cantidad de gente –muchos de los cuales han tenido éxito en el mundo empresarial– que en algún momento albergaron esa sensación de anhelo, pero se sintieron impotentes para hacer nada al respecto. Y es que hay una gran cantidad de personas que tienen un excelente trabajo, pero que se sienten como atrapados por hacer lo mismo día con día, año con año, sin estar construyendo algo valioso y significativo en su vida profesional.
2. Determinación: La mayor parte de los empresarios reprimidos comparten una fuerte ética de trabajo Se preocupan mucho por sus equipos de trabajo y, sobre todo, por sus clientes. Comparten una pasión y una determinación que no pueden ser inculcados a un empleado; una persona lo tiene o no lo tiene. Se trata de hombres y mujeres que trabajan jornadas de 12 horas, que comen en sus escritorios y que se despiertan por la noche con las soluciones a los problemas que los aquejan en el trabajo. Son muy competitivos y comprometidos, y ese rasgo no es algo que se puede activar o desactivar. Es parte de lo que son, y es un ingrediente esencial para ser un gran empresario.
3. Visión: El que tiene un espíritu emprendedor rara vez acepta protocolos ineficientes sólo porque existen. Este tiene una habilidad especial para mantener en mente los objetivos finales de cada proceso. La mente empresarial se esfuerza por encontrar soluciones, incluso si nadie más está mirando el problema todavía. Ver el panorama general y tratar de mejorarlo está en la naturaleza del emprendedor.
4. Inspiración: Casi cada aspirante a empresario comparte un deseo profundamente arraigado no sólo para convertirse en profesional independiente, sino para usar esa independencia para hacer una dejar una positiva en el mundo; o sea, comparten el deseo de hacer una diferencia en sus familias, sus clientes, sus empleados o sus comunidades.
Con información de News and Experts