Con el desempleo aún en el 9,3% en EEUU, la opción del trabajo freelance está cobrando cada vez más fuerza entre las pequeñas y medianas empresas
Con un mercado laboral cada vez más rígido, todavía situado por encima del 9 por ciento tres años más tarde de la gran recesión de 2008, parece que lo que se lleva son los empleos temporales, sin beneficios médicos ni vacaciones, que ofrecen una mayor flexbilidad a las compañías y que no conlevan ua carga tan pesada para los pequeños negocios.
Atrás parecen estar quedando esos paquetes de beneficios que ofrecían empresas en fase de crecimiento como una forma de ser competitivos
«El enfoque de muchas empresas parece estar pasando por controlar los costes», aseguró a CNN Money Jo Heinz, dueño de una firma de arquitectura en Dallas, que ratifica el hecho de que los empleados temporales tienen mucha ventaja hoy en día por encima de los que buscan un puesto fijo con toda la seguridad que implica.
Y de esos, como de casi todo lo demás en un mercado con más demanda que oferta, hay donde elegir, con trabajadores que tras la crisis han decidido modificar sus prioridades para adaptarse a la nueva realidad. Pueden ayudar en diferentes facetas, con contratos de corta duración que producen inestabilidad laboral pero que implican flexibilidad de horarios y en muchos casos el poder trabajar desde casa.
Además, muchos de los nuevos trabajadores temporales han descubierto a raíz de la crisis que ganan más dinero como part-timers que con un salario fijo, ya que están abiertos a aceptar varios trabajos al mismo tiempo y pueden desgravar una gran parte de sus gastos de cara a la declaración de la renta.
Es una ventaja para ambos lados del espectro puesto que para las empresas es muy caro el costear esos beneficios. De medio, cada paquete con vacaciones, seguro médico, días de enfermedad e incluso cuenta de retiro 401K en algunos casos, puede costarle a la empresa entre 20 y 28 por ciento por encima del salario bruto del trabajador, algo que no muchas pequeñas compañías pueden sostener.
De todo ello, los elevadísimos costes de la sanidad han complicado aún más la opción para las empresas a la hora de ofrecer una compensación atractiva. Sólo en los últimos cuatro años, se han dado incrementos de entre el 10 y el 12 por ciento.
«Es algo increíble. Mis gastos por beneficios han subido un 1.000 por ciento en 10 años», afirma Liz Parker, dueña de The Tulsa Rib Company en Orange, California, una empresa de cátering. En total, tienen 14 personas en nómina de las 35 que emplean. Cada vez que contratamos a alguien, sea cual sea su salario, calculamos un 35 por ciento por encima».
Pese a ello, la mayoría de los negocios quieren tener el poder de ofrecer seguros médicos a sus empleados, por tener la sensación de pertenencia y de implicación del trabajador con la empresa.
Lamentablemente, el estado económico de alguna de ellas está siendo un obstáculo para poder dar paquetes de beneficios, por lo que los empleados temporales son una opción en alza.