Con el valor de las casas sin mejoría, los expertos vaticinan que no habrá recuperación total hasta que no regresen los millones de empleos que se perdieron en el sector de la construcción.
En total, el sector perdió 2.1 millones de trabajos desde el pico, registrado en marzo de 2007. Además, el gasto en materiales de construcción se ha situado un 13 por ciento por debajo de los niveles del año pasado, lo que se significa que esos empleos no volverán en mucho tiempo.
Después está el factor psicológico de los dueños de vivienda, que todavía se saben mucho más pobres que hace años durante la explosión inmobiliaria. Entonces, el aumento en el valor de sus casas provocó que muchos propietarios refinanciaran su casa o pidieran prestado sobre sus hipotecas, algo que ahora ha descendido de forma vertiginosa.
Asimismo, ese efecto se ha notado en los ingresos de los gobiernos locales y estatales, que se han visto golpeados por la falta de ingresos de los impuestos sobre el valor de la propiedad. Por eso, en los últimos meses profesores, policías y funcionarios en general han perdido sus empleos por la presión del déficit en los presupuestos públicos.
Nada es como antes ni lo será hasta que el mercado inmobiliario alcance el nivel previo a la recesión, algo que según los expertos aún queda muy lejos en el horizonte.