Si tiene una startup, sabrá que el marketing es un reto. Aprenda de los errores y cómo evitar caer en ellos.
El marketing para una startup es fundamental, debido a que vivimos en un mundo distraído. Con todas sus mejoras e innovaciones, Internet también ha traído mucho ruido y distracción. El ruido no es una excepción en lo que respecta a las relaciones públicas, la construcción de marcas y el liderazgo de pensamiento.
Aunque la psicología y los principios básicos que subyacen a la construcción de una marca única siguen siendo los mismos, los medios potenciales para expresar estos aspectos han crecido de forma espectacular. Esto ha dejado a las nuevas empresas y a las ya establecidas en un gran aprieto: ¡tienen demasiadas opciones!
Las prácticas de relaciones públicas se han vuelto cada vez más complejas, lo que ha provocado una falta de claridad en los asuntos. He aquí los tres principales errores que cometen las empresas en su estrategia de relaciones públicas y cómo resolverlos para construir una marca que realmente importe hoy día.
#1 – Centrarse en lo trivial
Muchas empresas creen que, para destacar, necesitan mostrar la grandeza de su producto y destacar todos los pequeños detalles que lo diferencian de la competencia. Pero esto es un juego perdido.
¿Por qué? Porque a la mayoría de la gente no le importa el producto en absoluto. Les importa cómo les hará sentir el mismo. Por tanto, las empresas que quieran ganar más cuota de mercado y destacar deben centrarse en cómo quieren que su marca haga sentir a su público objetivo. El mejor ejemplo de esto es la campaña «Think Different» de Apple.
Steve Jobs sabía lo que sentirían los clientes potenciales al ver la campaña de Apple. Al asociar la marca Apple a la noción «Think Different» y a la autoridad de Albert Einstein. Jobs sabía que Apple se grabaría para siempre en el corazón de los visionarios, los inadaptados y las personas que se atrevían a ser diferentes. Apple ya no era un producto, sino una forma de pensar y de estar en el mundo. Representaba algo y, al hacerlo, daba permiso al cliente para sentirse una versión más atrevida de sí mismo al poseer sus productos.
Si las startups quieren destacar, deben dejar de centrarse en los detalles triviales de su producto y, en cambio, centrarse en cómo pueden hacer que su público se sienta más que sus competidores. Sólo entonces podrán tener una marca que importe.
#2 – Promover en lugar de atraer
Siendo el fundador de una empresa de relaciones públicas de tecnología, AuthorityTech, he tenido la bendición de participar en la base de marketing de docenas de empresas tecnológicas de alto crecimiento que van desde unos pocos millones de dólares hasta cientos de millones en ingresos. Trabajar con tantas empresas diferentes marcó la diferencia entre las marcas «buenas» y las «grandes». Las marcas inferiores siempre parecían tener una obsesión con la promoción, centrándose intensamente en decirle al mundo lo grandes que eran. Las grandes marcas, sin embargo, se centraban más en atraer a través del storytelling, que es infinitamente más poderoso.
Vivimos en una era digital en la que la gente es bombardeada constantemente con anuncios; francamente, la mayoría de los consumidores están hartos de que las empresas les digan lo buenas que son. La gente quiere hacer negocios con marcas en las que confía, no con marcas que se autopromocionan con anuncios de su superioridad. Por suerte, dado que muchas empresas han seguido este camino de autopromoción, creo que ahora es más fácil que nunca diferenciarse mediante la narración de historias. En lugar de hablar de lo buenos que son sus productos, las marcas tienen que contar su historia de forma que resuene. A nadie le gusta que le hablen de sí mismo, pero sí le gustan las historias.
Las startups que aprovechan la atracción a través de las historias superarán drásticamente a las que siguen autopromocionándose.
#3 – Descuidar al fundador
Otro error común que cometen la mayoría de las startups tecnológicas es dejar la cara, la personalidad y la voz del fundador fuera de sus esfuerzos. La gente quiere conectar con las personas, y si un fundador no está representado como un ser humano que puede conectar, la gente tiene dificultades para relacionarse con la marca. Una marca es una entidad viva, y las mejores marcas tienen un alma unida a esa entidad. ¿Qué mejor manera de dotar a la marca de un alma que tener la cara de la empresa con un alma?
Si un fundador puede dar un paso adelante y comunicarse con el mundo desde un lugar de vulnerabilidad, verdad, amor y pasión genuina, los demás conectarán con ellos profundamente. La clave es recordar que si la gente puede conectar profundamente con el fundador, al mismo tiempo estará conectando profundamente con la empresa y la marca.
En un mundo en el que la gente busca una conexión genuina más que nunca, las marcas con fundadores que puedan dar un paso adelante y ofrecer una salida para que la gente se conecte con ellos ganarán.
De cara a 2023, hay muchas opciones y medios que aprovechar, aunque también hay que distraerse. La única forma de ganar es centrarse en los principios atemporales que importan. Centrándose en cómo el producto hace sentir a la gente y no en los detalles triviales, y atrayendo a través del storytelling.
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