El Gobierno de Obama quiere duplicar la exportaciones en cinco años. Las pequeñas y medianas compañías parecen ser el camino de lograrlo
Después de echarle un vistazo al panorama económico actual, el Gobierno parece tener claro que uno de sus objetivos para relanzar las finanzas nacionales a corto plazo es incentivar la exportación en pequeñas empresas. Esa es la conclusión que se desprende de una entrevista reciente del secretario de Comercio Gary Locke con el Wall Street Journal conversación, en la que asegura que Washington ya está haciendo todo lo posible para respaldar a las grandes corporaciones, pero que todavía hay mucho que explotar en el sector de las pequeñas y medianas empresas.
Ese plan del gobierno de Obama «son parte central del esfuerzo por duplicar la exportación estadounidenses en cinco años», según indica Locke. Si eso se produce, esas empresas serán capaces de generar miles de nuevos puestos de trabajo, desde ingenierías hasta empleos en fábricas.
«Si realmente quieren crecer estas empresas y diversificar sus ingresos, deben entender que el 95 de los consumidores en el mundo viven fuera de Estados Unidos», añadió Glocke. Por eso, este mes varias agencias gubernamentales han lanzado una gira por distintas ciudades para motivar a los empresarios a que comiencen con un programa más agresivo de exportación.
Además, esperan corregir los números actuales, que aseguran que sólo el 1 por ciento de las empresas americanas vende algún tipo de producto en el extranjero, y de las que lo hacen, el 58 por ciento tienen como único destino México o Canadá.
Para ello, el Gobierno está tratando de conectar a bancos como el Export-Import Bank con pequeños empresarios interesados en comenzar una nueva aventura. Esa institución está especializada en créditos y en garantizar los pagos de compradores foráneos.
Asimismo, el esfuerzo está en expandir el panorama de las que tienen cierta experiencia, aunque con un sólo país en cartera. Esas empresas entienden de aduanas, logística, divisas y contratos internacionales», dice Locke. Esas son a las que tenemos que ayudar a que añadan dos o tres países nuevos a su lista de clientes».
Y con potencias como China e India, con una población combinada que está a punto de sobrepasar los 2,500 millones de personas, no parece una idea descabellada. Es cuestión de tener el producto adecuado y la infraestructura, además de la ambición para meter la cabeza.