Millones de hispanos compraron casas durante el “boom” financiero sin tener la condición financiera para hacerlo, este es uno de los errores económicos que han marcado la actitud de los latinos y que debe cambiar.
Hay un dicho en inglés que dice: “la definición de la insensatez es repetir el mismo acto y esperar resultados diferentes”. En otras palabras, no tiene sentido seguir haciendo algo que no te ha resultado en el pasado con la esperanza de que sí te va a resultar en el futuro. Esta condición de ser insensato con las finanzas aflige a muchos hispanos y no les permite superarse. ¡Ya es hora de cambiar!
Esta aflicción la veo mucho cuando se trata de comprar una casa. Millones de hispanos compraron casas durante el “boom” financiero sin tener la condición financiera para hacerlo. Sacaron dos préstamos en vez de esperar a tener suficientes ahorros para poner un pago de entrada. Se enfocaban en conseguir la casa más grande para la cual calificaban y no en la más adecuada para sus ingresos. Firmaban documentos sin realmente entender los términos a los cuales se estaban comprometiendo.
Ahora muchos de ellos ya han perdido su casa o pronto la perderán. Pero en vez de enfocarse en ahorrar lo más posible y reducir los gastos, la pregunta número uno que recibo es “cómo puedo comprar una casa ya si acabo de perder una a causa de la ejecución hipotecaria”. En otras palabras, las personas que compraron sin tener la condición financiera —y lo perdieron todo— quieren hacer lo mismo de nuevo pero esperan que los resultados sean distintos esta vez. ¡Pues no lo serán! Si no tienes suficiente dinero para comprar una casa de la manera correcta, no puedes comprar una casa ahora. Es tan sencillo como eso. Es una decisión financiera —no emocional— y se debe basar en los números, no en los deseos.
También se ve esta insensatez con respecto a la asesoría financiera. Una parte importante de la crisis financiera que impactó a los hispanos ocurrió porque no buscaron la asesoría correcta. Se confiaban en la palabra de las mismas personas que se beneficiarían con comisiones si se efectuaba la venta sin tener en cuenta la condición financiera del comprador. No todos los corredores de bolsa o los agentes de bienes raíces o los abogados especializados en compraventa de propiedades actuaron por su propio interés. Muchos son buenos y actúan éticamente. Pero no todos. Y si no sabes cómo distinguir entre el bueno y el malo, tienes que buscar un asesor independiente que ni gana ni pierde con la decisión que tomes.
Si el agente de bienes raíces gana una comisión de 5,000 dólares y el corredor de hipotecas gana 4,000 si tú compras la casa, pero ambos ganan $0 si no compras, no es tan difícil ver cómo los que no tienen escrúpulos pueden llevarte por el mal camino. Ni hablar de los gastos de cierre, donde muchos hispanos sobrepagaron por miles de dólares por no asesorarse bien. Pero aún veo muchas familias hispanas que están a punto de comprar propiedades sin saber si realmente es una buena compra. No buscan una opinión independiente para ahorrarse el pequeño honorario que cuesta recibir una opinión independiente. No tiene sentido lanzarse a una compra de cientos de miles de dólares sin saber, cuando una consulta puede hacerte ver la realidad.
Si te encuentras en uno de estos grupos, por tu bien y el de tu familia, ¡ya es hora de cambiar!
Mike Periu, experto financiero, es el editor de www.dineroycredito.com.