El éxito de la cuenta en latín del Papa Francisco I aporta lecturas interesantes para los empresarios de cualquier campo y lugar
La llegada del Papa Francisco I al Vaticano está dejando huella. Su espíritu liberal y diferente ha quedado reflejado no solo en su declaración de intenciones inicial sino en detalles como su uso de las redes sociales, siendo el primer pontífice con una relación directa con este nuevo medio de comunicación.
Pero lo que llama la atención no es ese hecho en sí, sino que escuchara a sus fieles y diera la orden para abrir una cuenta en Twitter en latín, una lengua muerta que sin embargo ha explotado en cuanto al número de seguidores. Con 118.000 adeptos, ya ha superado a las de otros idiomas como árabe, polaco y alemán, un síntoma del que se pueden extraer varias conclusiones aplicables al mundo empresarial en su capítulo de mercadeo.
La primera lección de marketing que llega desde el Vaticano es que es importante conectar con el público y escuchar el mensaje de lo que están buscando. En este caso, el latín puede ser una forma original de llegarle a los jóvenes en cuanto que establece una conexión con la cultura original de la Iglesia católica.
La segunda es el hecho del idioma, del tono con el que dirigirse a los seguidores, una forma de conectar y hacer que la gente se identifique con el discurso y las formas. Es algo que empresas coo Trader Joe’s o Southwest Airlines hacen con frecuencia y que resulta en nuevos clientes.
Se trata de entender mejor al público, sus gustos, sus tendencias, sus costumbres, y de alguna forma meterse en su vida de una forma amistosa y respetuosa.
Y la tercera es la precisión del mensaje, algo que en Twitter es clave por los 140 caracteres que se permiten en cada texto. Es importante tomarse el tiempo necesario para elegir bien las palabras, ser preciso e ir al punto, una forma de conectar con la audiencia.
Obvia decir que es fundamental estar presente en las redes sociales para que su empresa sea cada vez más conocida. Si alguien todavía no ha empezado, este es el momento.