¿Alguna vez le han denegado una tarjeta de crédito y nunca supo por qué? ¿O le aprobaron un préstamo o una hipoteca pero con tasas de interés y comisiones mucho más altas que la cotización inicial?
Hay muchos motivos legítimos por los que se puede denegar un crédito –ingresos insuficientes o antecedentes de pago de préstamos insatisfactorios, por ejemplo. Pero, a veces, se aplican prácticas discriminatorias al otorgar un crédito que no siempre se detectan fácilmente.
Afortunadamente, numerosas leyes federales y estatales prohíben a los prestamistas utilizar prácticas discriminatorias en cualquier parte de la transacción crediticia por diferentes características personales. Es más, la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB) y otros organismos gubernamentales ofrecen medios para presentar denuncias por prácticas discriminatorias y se enjuicia y castiga severamente a los prestamistas que las ejercen.
En virtud de la Ley de Igualdad de Oportunidades Crediticias (ECOA, por sus siglas en inglés), es ilegal que las entidades que otorgan créditos discriminen a las personas que los solicitan por su raza, color, religión, nacionalidad, sexo, estado civil o edad, o por percibir ingresos de un programa de asistencia pública o por ejercer de buena fe algún derecho bajo la Ley de Protección Crediticia al Consumidor.
En base a estos criterios, los prestamistas no pueden:
- Denegarle un crédito si usted reúne los requisitos para obtenerlo;
- Desalentarlo a que solicite un crédito
- Ofrecerle un crédito bajo términos y condiciones menos favorables que las que les ofrecen a otras personas con calificaciones similares a las suyas; o cerrar su cuenta.
Otra ley federal, la Ley de Vivienda Justa (FHA, por sus siglas en inglés), prohíbe la discriminación por parte de los proveedores directos de vivienda, como los propietarios de inmuebles, las agencias de bienes raíces, las municipalidades, los bancos u otras instituciones de crédito y las compañías que ofrecen seguros del propietario.
Señales de advertencia. Las señales que pueden indicar discriminación crediticia son:
- Se lo trata diferente en persona que por teléfono.
- Se lo desalienta a que solicite un crédito.
- Escucha al prestamista hacer comentarios negativos sobre su raza, nacionalidad, sexo u otra característica protegida.
- Se le deniega el crédito a pesar de reunir los requisitos para acceder al mismo.
- Se le ofrece un crédito con una tasa más alta que la original, a pesar de que reúne los requisitos para obtener una tasa más baja.
- Se le deniega el crédito sin explicarle los motivos.
- El trato que le ofrecen suena demasiado bueno para ser cierto.
- Se siente presionado para firmar.
Si cree que un prestamista lo ha discriminado por algún motivo, puede hacer la denuncia ante la CFPB (www.consumerfinance.gov/complaint), quien revisará y dirigirá su denuncia al prestamista, y trabajará en nombre suyo para obtener una respuesta. Una vez registrada su denuncia, usted recibirá las novedades por correo electrónico y podrá ingresar a la página para conocer el estado de la misma.
Para mayor protección contra la discriminación crediticia, o para evitar buscar productos incorrectos para usted:
- Infórmese sobre las diferentes características y desventajas del producto crediticio que desea. Averigüe las tasas de interés que se están cobrando y compare los productos que ofrecen los diferentes prestamistas.
- Los prestamistas toman decisiones en base a su historial crediticio. Por lo tanto, asegúrese de que sus informes crediticios no contengan errores ni omisiones.
- Asegúrese de entender las tasas y comisiones que deberá pagar a largo plazo y pregunte si pueden modificarse en el futuro. Si el prestamista no quiere responder sus preguntas, puede ser una mala señal.
- No deje que los prestamistas lo presionen o se demoren innecesariamente en procesar su solicitud.
En resumen: Antes de firmar sobre la línea punteada, asegúrese de que el crédito sea el correcto para sus necesidades, tanto las actuales como las que tendrá más adelante.