Los consumidores se gastaron el mismo dinero que el año pasado durante el viernes negro o «Black Friday», aunque gracias a las ofertas se llevaron más cosas a su casa
Hubo abundancia de clientes a la caza de la mejor oferta, pero el gasto fue menor. Eso podría resumir lo ocurrido el ‘viernes negro’ —el tradicional día de compras después de Acción de Gracias—, que este año estuvo marcado por un aumento en la afluencia de público, que se acabó por llevar más productos a casa pese a gastarse una cantidad menor de dinero.
En total fueron 195 millones de personas los que se dejaron caer por alguna tienda o trataron de comprar algo por internet durante el Black Friday, lo que significa una notable mejora con respecto al año pasado, cuando se registraron 172 millones, de acuerdo al National Retail Federation.
Pese a la afluencia masiva de voraces compradores, la media de gasto sufrió un descenso, pasando de 372.57 dólares por persona a los 343.31 de este año, lo que deja a la claras que la crisis aún sigue haciendo mella en muchos hogares estadounidenses. De hecho, la mayoría de los consumidores se enfocaron especialmente en las grandes ofertas para tratar de ahorrarse unos dólares, y sin embargo, terminaron por llevarse más productos en la cesta de la compra por los esfuerzos de las cadenas de reducir los precios al máximo.
Según los expertos, más personas salieron a comprar este año durante el Black Friday por haber visto una oferta demasiado tentadora o por miedo a que la empresa en la que tenían interés fuese a quebrar por la crisis.
Por marcas, WalMart fue una de las tiendas más beneficiadas con gran cantidad de consumidores y una media de gasto de entre 50 y 99 dólares por persona. Además no dudaron en darse el madrugón para conseguir las mejores ofertas. El 31.2 por ciento de los consumidores estaban en las tiendas antes de las 5 de la mañana, frente al 23.3 por ciento del año anterior.