Ahora que los teléfonos móviles están incrementando el tamaño de sus pantallas, analizar los pros y los contras es fundamental a la hora de plantearse si adquirir o no una tablet
Pese a que ya se había utilizado el concepto del producto, las tablets como hoy las conocemos celebran poco más de cuatro años de vida.
Basado en el éxito generado a raíz del lanzamiento del iPhone, el ya difunto Steve Jobs, cerebro y cofundador de Apple, anunció el 27 de enero de 2010 el lanzamiento de la primera tablet, lo que suponía un escalón intermedio entre el teléfono celular y la computadora. Ahora, casi un lustro después y después de ver las evoluciones de tanto computadoras como celulares, mucha gente es cuestiona si realmente merece la pena comprarse una tablet o decantarse por otros dispositivos.
Pero pese a que a raíz de la fecha mencionada en el párrafo anterior, la venta de estos dispositivos batió todos los records habidos y por haber en el mundo de la tecnología, ahora, en agosto de 2014, Apple –la mayor suministradora del producto- anuncia su cuarto mes de los últimos cinco con descenso de ventas.
Ajenos a todo esto, los rumores señalan que el próximo iPhone sería de 5.5 pulgadas, mientras que cada vez se fabrican ordenadores portátiles más ligero, circunstancias que parecen estrechar la cuota de mercado de las tablets.
Y es que parece que el mismo Apple se ha dado cuenta que es un mercado en posible decadencia limitando su mercado y otorgándoselo a iPhone (crecimiento del 13%) y Mac (crecimiento del 18%).
De cara al pequeño empresario
Sí, definitivamente llevar este tipo de dispositivo probablemente le haga más interesante, pero no hablamos de apariencia, hablamos de funcionalidad. Largas horas en medios de transporte, dedicación a las redes sociales, tener a mano aplicaciones indispensables o si necesita revisar su correo electrónico cada quince minutos. Solo en esos casos usted se puede plantear si merece la pena comprarse una tablet.
En otros casos, usted probablemente estaría perdiendo dinero y bajando su productividad. Algo que debe evitar a toda costa, por el bien de su negocio.
Remontando en el tiempo de nuevo, Steve Jobs se planteaba esta pregunta en el lanzamiento del primer iPad: “¿Realmente hay espacio para una tercera clase de dispositivos?”. Parece que sí, sí que ha gozado de espacio, pero igual parece que no va a gozar de mucho más tiempo.
