Una proporción considerable de propietarias de negocios en Latinoamérica siguen al margen o no están correctamente atendidas en lo que respecta a instrumentos financieros
Según una publicación del Economist Intelligence Unit, desarrollada en colaboración con el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), una proporción considerable de propietarias de negocios en Latinoamérica siguen al margen o no están correctamente atendidas en lo que respecta a productos financieros, como cuentas corrientes, de ahorro y préstamos.
Del estudio también se desprende que las empresarias no tienen suficiente acceso a financiación ni a otros tipos de instrumentos financieros, como el crédito de proveedores, lo que restringe el tamaño del negocio en su fase inicial y en el crecimiento, siendo este uno de los mayores retos que este sector enfrenta en la actualidad.
La gran mayoría de negocios dirigidos por mujeres no pueden crecer más allá de la microempresa ni salir de la economía informal, lo que reduce los potenciales rendimientos de estas empresas. Hoy en día las mujeres lideran el 23% de los pequeños negocios de Latinoamérica y tan sólo el 9% de las grandes empresas.
Países como Chile, Perú y Colombia son los que ofrecen los mejores y más competitivos ambientes para las mujeres emprendedoras que desean desarrollar su propio negocio. Chile encabeza las calificaciones generales con un bajo riesgo macroeconómico. Perú, por su parte, se basa en sus fuertes redes de negocios, programas de apoyo técnico a las Pequeñas Empresas y un entorno macroeconómico estable. Colombia ocupa el tercer puesto gracias a sus programas de capacitación para y a que ofrece un amplio acceso a la educación superior a las mujeres.
Mujeres más competitivas y con más conocimiento sobre instrumentos financieros dan lugar a economías con mayor competencia
La cuestión de la brecha de género tanto en el acceso a la financiación, el uso de internet o la presencia en carreras de ingeniería de sistemas, todos aspectos relacionados con el emprendimiento y con el emprendimiento digital, generan una desigualdad que termina pasándole factura a la economía. Si se mira el informe ‘Mujeres en la economía digital: superar el umbral de la desigualdad’, de la CEPAL, la brecha en el uso de Internet, por ejemplo, “limita tanto el desarrollo personal y laboral de la población femenina como el crecimiento con igualdad de los países de la región en el marco del nuevo paradigma tecnológico”.
Por eso, es contundente lo que sugiere el estudio de la IFC: los países que proporcionan a las mujeres el apoyo económico, regulatorio, financiero, educativo y familiar que necesitan para iniciar y hacer crecer un negocio también tienden a generar economías más competitivas.
Y precisamente en el crecimiento de los negocios, el informe apunta a que las pequeñas empresas de la región, encabezadas por mujeres, necesitan instrumentos financieros más avanzados y diversificados.