La cadena de pastelerías abre sus puertas en Buena Park ante colas eternas de clientes
El imperio de los pastelitos cubanos parece no tener límite. Hoy, con todos los miembros de la familia Porto presente, se inauguró su cuarta sede, la más grande y elegante de todas, en la ciudad de Buena Park, desde donde pretenden atender la gran demanda de clientes procedentes de Orange County.
No ha sido, como ya es tradición en esta familia de inmigrantes cubanos, una elección por capricho o por enconmendarse a la divina providencia. Con el tiempo, Porto’s ha demostrado conocer como nadie a su consumidor. “Sabíamos que había gente que estaba cansada de conducir desde Orange County hasta Downey y por eso elegimos Buena Park”, explicaba a SSDN Betty Porto’s, dueña junto a sus dos hermanos de la pastelería latina más famosa de Los Angeles.
La prueba fehaciente la tuvieron desde temprano en las largas colas que se formaron para comprar pan, pasteles o sus célebres croquetas. La fila daba la vuelta al edificio y recorría gran parte de la Beach Blvd donde está ubicado el local, en el 7640 de la avenida, para ser exactos.
La apertura se produce seis años después de que inauguraran su sede en Downey, un edificio que ocupa una manzana completa y que tiene su propia estructura de aparcamiento. El flujo de clientes se ha mantenido estable desde el primer día.
Con la pastelería de Buena Park esperan recibir aún más personas, ya que cuentan con 25.000 pies cuadrados de espacio, con una estación dedicada al café, otra a los pasteles y dos para la panadería.
“El concepto en sí no tiene límite, pero lo que lo hace único es la atención personalizada, y va a llegar un momento en que a la familia Porto no le va a alcanzar”, explicó entre risas el actor Andy García, presente en cada inauguración como gran amigo de la familia. “Yo los conocí en 1978, en su primer local. No solo dan una calidad estupenda de comida, sino que la atención y los precios que dan son difíciles de superar”.
Además, habló de la conexión cultural entre su familia y los Porto. “Para mí es un gran orgullo estar aquí porque la familia Porto representa mi cultura como exiliados. Mis padres llegaron más o menos al mismo tiempo, con una mano delante y otra detrás pero buscando libertad y la oportunidad que te da este país. Y mira lo que se puede lograr trabajando al cabo de los años”.
Aunque es cierto que no lo quieren franquiciar para mantenerlo bajo control, Betty Porto confirmó que se están preparando para la apertura el siguiente local, el quinto, en West Covina, y el sexto en el Valle de San Fernando. “Para ese todavía estamos buscando un local”, indicó, la empresaria, que no paró de sonreír en toda la mañana. Lo logrado es, sin duda, motivo de orgullo.