Sergio Tinoco es un hombre preparado. Se graduó de la Universidad de Guadalajara como contador público antes de llegar a los Estados Unidos en 1987. Acá siguió estudiando, primero inglés y luego comercio internacional en Cal State Fullerton. “Obtuve un diplomado en mercadotecnia internacional y poco después vi la oportunidad de trabajar con el gobierno de México promoviendo el estado de Jalisco en California”, recuerda Tinoco, quien empezó a darse cuenta de cómo funcionaba parte del comercio a través de las fronteras.
El nacido en Mazatlán, Sinaloa, explicó que trabajó en esto menos de dos años “porque vi la oportunidad de empezar mi propio negocio al conocer a muchos empresarios jaliscienses que querían exportar sus productos. Uno de ellos era un señor que fabricaba muebles rústicos, quien me propuso la idea de ayudarle a vender sus muebles de este lado”, dijo Tinoco.
Así comenzó la aventura empresarial de este mexicano en la industria de los muebles, vendiendo la mercancía que su nuevo socio le enviaba en contenedores desde México. “Me dediqué a vender en las calles comenzando en Studio City y Santa Monica. Luego pasé a venderle a las tiendas de muebles”, confesó este exitoso importador que agregó que saturó de muebles rústicos desde San Diego hasta Santa Barbara.
Al crecer la clientela, Sergio Tinoco tuvo que abrir una bodega en South Gate. Hasta allí llegaban sus compradores para surtirse con sus muebles. Pero el tema de la importación de muebles rústicos se detuvo en seco después del 2001, cuando la economía del país cayó estrepitosamente. Tinoco no se quedó cruzado de brazos, pronto se asoció con una diseñadora de muebles finos y le fue tan bien que ahora esa es su línea de trabajo.
Tiempo después, el próspero empresario descubrió otro filón de oro, la industria hotelera. “Pasé de hacer 6 sillas a 200. Ahorita tengo mucho trabajo en lo que se llama renovación de los mueble en hoteles de 3 o 4 estrellas como el Holiday Inn”, dijo Tinoco, quien explicó que sus ingresos llegan a un promedio de 25 mil dólares al mes, nada mal para un latino que quiere destacar en la industria mueblera a nivel nacional.
Acerca de su experiencia como hombre de negocios, Sergio Tinoco dice que a muchos latinos les falta educación para ser comerciantes. “Tienen muchas cualidades para hacer el mueble, pero no para ser empresarios. Con asesoramiento y capacitación pueden progresar más rápidamente”, declaró el campeón de los muebles finos.
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