Takosher es una mezcla de cocina mexicana con el requisito hebreo, que todo sea kosher como manda la tradición. Un mexicano y un judío manejan el original negocio.
El camión o lonchera —como se conoce en la cultura popular mexicoamericana— lo comanda Moisés Baqueiro, un ex bajista de bandas como «Bayú» o «Los Abandoned» que ahora se ha vuelto empresario del taco judío, con un plan específico diario para ubicarse en los puntos calientes de la comunidad hebrea de Los Angeles.
Algunos lunes se sitúa junto a la entrada de una de las universidades judías más importantes del país, preparando los platillos junto a Ramón —su ayudante— para atender a una legión de estudiantes con unas especificaciones que nadie, sino él en Los Angeles, está preparado para cubrir.
Sus tacos no contienen productos lácteos, como marca la Torah, y su carne está bendecida por un rabino, además de añadir recetas propias de la cultura hebrea y que solo se encuentran en su camión azul, equipado con todo lo necesario para complacer a sus clientes, gente «de otro estilo» al que habitualmente consume tacos tradicionales.
«La idea surgió de un judío, mi socio Lowell Bernstein, que fue maestro en la ciudad de México», explica Baqueiro, que ahora ejerce de encargado del negocio y de asegurarse de que consigue información sobre puntos interesantes hacia dónde dirigirse.
De la experiencia mexicana de Bernstein surgió el amor por los tacos. Se conocieron en una fiesta y poco a poco fue fraguando la idea de cubrir ese vacío de mercado.
Ahora el negocio consiste en dos personas navegando en distintas partes de la ciudad, cada día con un rumbo distinto. El martes estarán en el edificio de Yahoo en Burbank y el miércoles en la Universidad Southwestern de leyes. El jueves al Warner Center en Woodland Hills «y así vamos rotando a cualquier sitio».
La expectativa es vender unos 700 dólares diarios, algo que algunos días se cubre y otros días no. El mejor día fue el Jewish County Fair, con una asistencia de 3,000 personas y vendieron unos 400 tacos.
Y el plan, cubrir eventos privados como mitzvahs, bodas, estudios de películas y televisión o escuelas a través de almuerzos.
Todo para un «tipo de negocio que es parte de una tendencia, una moda de loncheras con comida más elaborada o gourmet», explica Baqueiro. «Pero la comunidad judía se sentía un poco excluida».
Admite que su producto no es de la calle, sino algo un poco más especial por el precio de la comida. «Nuestros tacos cuestan 3,50 dólares porque es mejor carne, que tiene que pasar por un riguroso control de calidad y supervisión, pero para los judíos es barato».
Su menú tampoco es el habitual, con tacos como el brisket, con carne tipo barbacoa muy cocinada, y el latke a base de papa frita con una salsa de jalapeños y manzana.
Y la meta final: expandirse después de que se conozca la marca en Los Angeles. Suerte, órale y shalom!